La "esencia" de la democracia va mucho más allá de votar como se vota aquí. Los atenienses lo votaban todo. Las comunas de diversas épocas también. Y antes lo debatían, existiendo la posibilidad de que todos fueran escuchados por todos. Aquí votamos a quien manda, a quien decide en lugar de nosotros. Para un ateniense (o para un habitante de cualquier sistema comunal) se parecería mucho más a ir al super que a la democracia. Y ya se sabe: desde que existen las marcas blancas, a conformarse con lo que te venden.
No se trata, como ya he expresado varias veces, de votar o abstener en abstracto. Eso es confundir estrategia (método) con táctica (técnica). Se trata de qué era lo preferible en estas elecciones concretas, dadas las condiciones concretas en las que estaban planteadas.
El artículo pone los puntos sobre las íes con mucha lucidez.
Pascual Serrano nunca ha ocultado ni sus críticas ni sus opciones tácticas en cada momento. Se podrá coincidir o no con sus planteamientos y con sus opciones, pero demuestra gran coherencia, pero dentro de eso que nosotros denominamos "equilibrio inestable". Es decir, no se dedica al simplismo autocomplaciente. Además, dicho sea de paso, es un activista comprometido con varias de las luchas que se sostienen en el área donde habito.
Me da la impresión de que las organizaciones de izquierda que tanto empeño han puesto en esta campaña partían de una percepción bien errónea y un tanto espúrea: creían que IU se hundiría y que ellos se repartirían los despojos. Que IU se hunda de una vez, como organización servil y entreguista que demuestra ser a cada paso, es algo que muchos deseamos vivamente. Como suele decirse, aclararía el campo. Pero de ahí a pensar en ocupar su "espacio" (lo que implica ocupar su papel en el sistema como canalización institucionalizada y encorsetada del descontento social) va un trecho inmenso. Porque para eso no es necesario que desaparezca ese proyecto político. Ni era necesario que muchos de los que ahora han hecho campaña se saliesen de IU. No quiero olvidar que hasta hace dos minutos estaban ahí, defendiendo lo indefendible, diciendo lo mismo de lo que ahora acusan a quienes han optado "críticamente" por IU. Y la mayoría, por más que traten de vender la moto, no se han salido por discrepancias políticas o por tener una estrategia distinta. Se han salido porque las poltronas y prebendas se han reducido y las luchas intestinas por los restos son a muerte. En esas luchas, ellos han perdido y han quedado fuera de juego. Que iban a perder lo sabían de siempre: ni nunca fueron alternativa interna (por cuestión numérica) ni lo antidemocrático del sistema interno de IU (6 años, entre el 90 y el 95, pasé en esa organización, y se de lo que hablo) se lo hubiera permitido. Pero mientras hubo algo que pillar, allí estuvieron.
Como diría Rafa, estamos ante un simple cambio de cromos. En realidad un intento frustrado, porque les ha salido mal la jugada. Pero vayamos por partes:
El PCPE al menos sostiene lo mismo desde hace mucho. Y el trasvase oportunista es más bien al contrario, de esa organización a IU. Aparte de la candidata ¿alternativa? (y otros cuadros) que presentaron hace tiempo a la Coordinación General y que fue apoyada, pese a su posición stalinista, por todos estos "alternativos" cuando aún estaban dentro (qué tendrá el bolchevismo, que tanto une), conozco a más de uno de los CJC que por motivos más o menos "sinceros" (pragmáticos) se ha pasado a las JC. Cuando el trasvase es el inverso (como ha pasado en zonas del norte), los motivos no son oportunistas sino de simple coherencia con lo que entienden por comunismo. Para militantes de verdad (de los que hacen cosas) del PC que no tienen cariño al carnet (ese problema que padecen muchos de los que llevan toda la vida en ese sueño castrante del "Partido"), la salida hacia el PCPE es la lógica: es con mucho la organización más numerosa fuera de IU de las que se reclaman comunistas. Y pedirle que rompan con años de disciplinas y tragar sapos en aras de la "unidad" es misión prácticamente imposible. Otra cosa es los CJC, donde el mecanismo es similar al de todas las otras formaciones que gustan de hacer proselitismo entre chavalitos. Una práctica que me repugna especialmente desde que era muy jóven (como yo la enfrenté de entrada con los pesados de la UCE, me vacuné rápido).
Los nacionalistas están, pese a sus discursos, muy desesperados (cada vez más). Si me empeño desde hace un tiempo en ningunear el tema del nacionalismo, en no perder tiempo con esta cuestión y en sacarlo de nuestro discurso, es porque es una ideología en total declive. La realidad de la globalización la ha hecho inoperativa, inútil. Y eso lo percibo yo y la mayoría de la población que, sencillamente, pasa del rollo nacionalista. Eso es lo que explica que organizaciones como CiU o PNV estén como estén (fuera del poder). Eso es lo que explica que las bandas armadas nacionalistas estén contra las cuerdas (y no la presión policial). Y eso es lo que explica que hayan intentado "reinventarse" con el engendro de II-SP. Pero en esto otros han jugado sus cartas. Me refiero a Corriente Roja y a su núcleo dirigente (al realmente dirigente, al PRT y afines, no a Nines Maestro, que ahí es una mandada sin rumbo ni norte desde que fuera excluida de la cúpula de IU). Cuando entraron en IU yo me había salido. A algunos de ellos (que los critique no significa que no me sienta compañero de algunos de ellos con los que compartí militancia y luchas en CGT, y a los que estimo en gran medida) les pregunté muy extrañado que qué estaban haciendo. Entrismo me respondieron. Y simplemente para llevarse gente cuando se salieran. Como son como son, a cualquiera que busque una táctica abierta y clara le extrañarán esos "juegos". Pero los trotskystas ortodoxos (y estos son de lo más ortodoxos) son así. Tienen sus objetivos y a veces hasta los consiguen. CR es la prueba.
Una variante de ese juego es lo que creo que están intentando ahora. Sólos sabían que no podían. Tienen una organización sólida y con cuadros bien formados, frente al totum revolutum caótico que son la mayoría de sus socios. Creen que pueden imprimirle un carácter obrerista (conforme a su concepción verticalista del obrerismo, claro) al engendro. Y saben que muy probablemente lo lograrán más allá del programa actual y de los candidatos (que reflejaban sin duda ese carácter), sobre todo cuando los nacionalistas acérrimos y los iluminados de turno vuelvan por sus fueros. Entonces CR será más numerosa, conocida y potente. En ese sentido, son los únicos con perspectivas de alcanzar sus objetivos (los reales, no los contados).
Lo de IA es un esperpento. Ya hemos debatido mucho (mucho más de lo que merece la cuestión) sobre el efecto Besancenot y su intento de reproducción aquí. Pero "Spain is different". Y la gente no está para videos musicales "modeLLLnos". Ahora quedan en una posición subordinada frente a CR e II-SP de cara a cualquier intento de integración, con el "disgusto" de otros posibles socios (me refiero sobre todo a En Lucha) y con otro tipo de "disgusto" (odio acérrimo) por parte de sus ex-compañeros de IU. ¿Que han crecido gracias a este proceso? Sin duda. Pero los que llevamos muchos años en esto sabemos que una cosa es crecer y otra consolidar el crecimiento con praxis cotidiana real. Y su principal apuesta, ser el principal referente de la izquierda en este país, ha quedado hecho añicos. Los Jaime Pastor y compañía (incluido el inefable PGA) deben estar fatal de los nervios. Menos mal que ahora tienen tiempo para las auto-justificaciones. Quien no se consuela es porque no quiere.
Esto por lo que toca al elenco principal. Pero lo relevante en realidad son otras cosas:
La abstención no se produce en un momento cualquiera, sino cuando las luchas, por todas partes, crecen. Uno se podría preguntar qué han votado todos esos trabajadores de las empresas en crisis, los afectados por EREs y despedidos, los parados de todas las duraciones y edades, los anti-Bolonia y los que luchan contra la privatización de la sanidad y de los demás servicios públicos, los que quieren una vivienda digna o los que no pueden pagar la hipoteca. Y tantos otros, aquí y en el resto de Europa. Con un 43% de participación en la UE y la distribución de votos, las cuentas no salen. Salvo que empecemos a considerar que esa gente no ha ido a votar. ¿Por qué, con la que "está cayendo"? Si la ideología alienante del sistema nos invade, diremos aquello de la falta de conciencia y compromiso, de la ausencia de visión, de la apatía, del desconocimiento o la incomprensión de lo que "nos" jugábamos,... Todo ese discurso basado en "los otros" del perdedor incapaz de hacer autocrítica que el sistema te pone en bandeja para que no llores demasiado. Lo conozco de sobra porque lo practicábamos en la IU de la primera mitad de los 90. Pero ahora estamos en 2009 y algunos sí hemos hecho autocrítica por el camino. Y hemos aprendido mucho, no leyendo manualitos de "teoría política para hacerse capitalista", sino en luchas chicas y grandes junto a compañeros de muy diversas ideas, procedencias y formación. Compañeros de esos que ahora están movilizándose, prueba de que de inconscientes, nada de nada. Y de apáticos menos. Es mucho más sencillo, y exige menos de todo, echar un papelajo en una caja cada cuatro o cinco años que hacer una huelga o enfrentarte a tu patrono o a su lacayo. Lo se por experiencia propia.
Hay compañeros que llegan a más, estableciendo una simplista y falsa relación entre la abstención y la victoria de la derecha (¡como si los sociatas de toda Europa no fueran derecha!), e incluso una relación entre la abstención y el ascenso de la ultraderecha. Yo les recomendaría que comparasen su discurso con el del telediario. Porque es casi idéntico y, en lo fundamental, el mismo.
La abstención no tiene nada que ver con la inconsciencia. Todo lo contrario. Su auge continuado (véanse las estadísticas) en las elecciones de la UE tiene que ver con una percepción más que clara de lo que es la UE. Quizás "instintiva" y "poco leída" (como se decía antes). Pero clara como el agua que ya no queda en los ríos. En las manifestaciones de hace unos años lo decíamos de forma bien entendible: "la Europa del Capital y la Guerra". Incluso lo específicábamos: "la Europa de los Mercaderes". Ésa es la Europa que existe realmente y la mayoría lo sabe (y se supone que también todos los anticapitalistas). Y sabe que vote lo que vote da igual: los mecanismos son tan complejos y tan en sí mismos corruptos y antidemocráticos que los mercaderes seguirán haciendo lo que quieran con su propiedad.
Imagino que nuestro elenco no lee estadísticas. O no las sabe interpretar. Hay unos manuales muy sencillitos, aptos incluso para indigentes intelectuales dadores de grandes discursos y escribidores de tochos infumables sobre sexos de ángeles. Y que permiten saber después cosas que no aparecen en ningún volúmen de bolchevismo para principiantes de esos que citan con tanta frecuencia a sus proselitos.
Es cachondo: el análisis de tendencias era algo crucial para el materialismo histórico. Era. Y muy útil, porque permitía "adelantarse" a los acontecimientos, previendo los escenarios posibles y descartando los imposibles. Y conforme a esas previsiones, tomar decisiones viables y acertadas (que no son sinónimos).
La tendencia en estas elecciones era clara. Iba a triunfar la abstención. Y, dada la fidelidad al papelucho y la cajita de cada clase social, se podía saber quien se iba a abstener. Y quien ganaría: las diversas derechas. Y quien perdería: los que desde la izquierda fiaran al circo y sus leones lo que se pelea en los tajos y los barrios. Porque quien pierde en esto es porque juega. Quien no juega no gana. Pero a veces es preferible no jugar.
Los de IA podrían aprender verdaderamente de sus hermanos "mayores" franceses: cada vez son más un partido electoral y menos una organización para la lucha. Cada vez tienen más imagen y menos chicha. Y encima, sus denostados verdes y post-comunistas y otras hierbas los han superado, pese a sus sueños (la grandeur creo que se dice) de sondeos de opinión.
Ahora queda plantearse cómo afectará a la movilización esta campaña. Sobre todo cómo afectará el esfuerzo desperdiciado por tantos militantes, los malos rollos producto de la pugna entre candidaturas y las reticencias de muchos por el propio electoralismo ahora inocultable, los falsos discursos,... Todo lo que este sinsentido para lograr la derrota que se sabía segura lleva aparejado.
Por suerte la lucha sigue también otros cauces. De movilizaciones estamos siempre hablando. Voy a hacerlo ahora de participación en procesos electorales. Pero desde una perspectiva radicalmente opuesta, desde abajo y no desde arriba. Como suele pasar, Cataluña es la máxima referencia. Me refiero a las CUP y otras iniciativas que por allí han surgido (de disntinta índole, no todas son nacionalistas). Esa gente no se dedica a la "alta política" europea. Luchan en la base, surgen de movimientos sociales de base, radicalmente democráticos y asamblearios. Los de la CUP son independentistas (aunque de todo hay en ellos), pero su independentismo tiene un halo de federalismo municipalista (¿cantonalista?) que reconozco me resulta particularmente "curioso" (por cómo podría evolucionar). Y entre los que no tienen ese perfil nacionalista, hay iniciativas que me recuerdan a lo que Joao escribió sobre que los partidos surgieran de los movimientos sociales
(
https://luxemburgism.forumotion.com/politics-politica-politique-politica-f1/um-partido-movimento-que-surja-dos-movimentos-sociais-t307.htm).
Las elecciones (las municipales) se han convertido en un momento de esas luchas, una táctica, pero no su estrategia. Y eso que tienen bien clara la cuestión del "asalto al poder" (del ayuntamiento). Pero no prentenden asaltarlo ellos, sino colaborar a que lo asalten los vecinos día a día. Esa estrategia es asamblearista, realmente participativa. Y no renuncia a la movilización, a la presión en la calle. Todo lo contrario: esa presión es la que debe imponer, mientras existan "parlamentos" municipales, la política seguida por el ayuntamiento. En eso conectan con otras muchas experiencias actuales, desde la Huelga General de Lebrija al encierro en Úbeda; desde las candidaturas en Extremadura surgidas por las luchas contra los proyectos empresarial-energéticos hasta la experiencia de Marinaleda (que no me agrade el "faro iluminador" no significa que no reconozca lo que Marinaleda ha representado y representa como resistencia real al modelo imperante). Y ejemplos hay más.
Me da la impresión que es en esos modelos desde la base, locales, donde quienes quieran combinar tácticas electorales con luchas reales y estrategias de cambio social van a tener que buscar referencias. No en parlamentos "lejanos", parafraseando al execrable señor del bigotito.
SALUD
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