LA FARSA DE LAS ELECCIONES

LA FARSA DE LAS ELECCIONES
Como se está al final de un ciclo de modelo social y de cambio cualitativo, todas las estructuras del modelo social vigente, técnicamente están muertas. Así tenemos técnicamente muertos a los mercados y reconocidos por los propios: Los mismos técnicos del FMI, declaran, que no tienen miedo a no cobrar la deuda, (desde hace años no la cobran y ni la pueden cobrar de África) sino a que no funcione; es decir, a su propia supervivencia. Los técnicos de las bolsas, (la bolsa, un termómetro del modelo capitalista) declaran, que está totalmente infladas; véase que en el año 2000, el índice de la bolsa del Japón estaba sobre los 24000 puntos, hoy se debate entre los 8000 y 9000 puntos y según los técnicos está inflada; la bolsa española, el índice, apenas un año atrás estaba en los 15000 puntos, hoy en día se debate entre la escala de los 8000, y según los técnicos está totalmente inflada. Igualmente el estado como estructura del modelo social está técnicamente muerto, por la sencilla razón de que se financia de los impuestos y estos los tiene que sacar de una propiedad privada, que en España está con un déficit de 9340 billones con b y de una ciudadanía con un veinte y pico en el paro y de los que trabajan en su mayoría es trabajo indirecto, es decir no creadores de dinero real, dejándonos claro su posición actual de déficit y de futuro de extinción, donde ya tenemos ejemplos como en África y sobre todo en su punta más declarada en Somalia. Y por la misma razón, está muerto técnicamente su gremio político, porque viven también de los impuestos y además están endeudados con la banca. Con lo que el político de turno que salga de las elecciones del 20 de noviembre, será un mero instrumento del dictado de Bruselas, La City y de La Casa Blanca. Haciendo lo que le mande ese eje y desoyendo una vez más el anhelo de sus votantes, con lo que las elecciones se quedarán de hecho en una farsa y en una frustración para aquellos que viven de las subjetividades ya políticas o religiosas, por miedos a enfrentarse a la realidad objetiva. Y como el eje y sus dóciles políticos son una unidad de hecho, se vote a quien se vote de ese gremio seguirán siendo el problema y no la solución porque no se bajarán de la burra, sino se les hecha y la historia nos señala que solo se les hecha con medidas ortodoxas y no con las convencionales de los votos, nos deja claro que estas votaciones del 20 de noviembre, repito, son una farsa. Y además también nos señala la historia, que zafarse en si son podencos o galgos, cuando no hay ni podencos ni galgos, es perderse en pólvoras fatuas, ejemplo, que si la culpa de la crisis es de la corrupción o de tecnicismos en repartos de la tarta, cuando no hay tarta: dinero real. Por lo que solo le queda a la sociedad civil el movimiento ortodoxo y sirva como ejemplo el incipiente y puntual de los desahucios: desahucios por los bancos, robo legalizado. No hay otra salida que el movimiento de la sociedad civil contra todo el modelo social vigente y en todas sus facetas.
Francisco Fenoy