Cuando finalizaba la compra, una trabajadora cajera me comentaba que los alimentos como botellas de agua fuera de sus packs o unidades de 8 yogures cada una fuera de packs más amplios, directamente se tiraban a la basura. Dicha trabajadora después amplió la información comentándome que realmente era una cantidad ingente la que se tiraba a la basura, bien porque iba a caducar (sobreproducción), o bien porque no tenían códigos de barras y no se podían sacar a la venta o porque quedaban paquetes o unidades perfectamente cerradas sueltas… Doy fe de ello puesto que durante una etapa de mi vida trabajé en Continente (hoy Carrefour) y la verdad es que las cosas que ve uno en la trastienda son de infarto (sobre todo en cuestiones de prostitución de la dignidad del trabajador)… pero al menos en este hipermercado en el año 1997 se daban dichas sobras a las monjas.
De regreso, todavía estaban los chavales republicanos dando sus últimas consignas…Y entonces mi mente se convirtió en un raudal de ideas (y he de confesar que no muy buenas) en referencia a lo que estaba observando.
Es inaudito lo que ciertos partidos mal llamados comunistas (que hagan algo bien en su dilatada historia de disparates y empiecen a llamarse leninistas o capitalistas de estado o nazionalistas abertzales) hacen por acaparar el poder e intentar un cambio de figuras dentro del tablero capitalista. Juguemos primero a avanzar el capitalismo privado hasta sus “últimas” fases y luego cambiemos al capitalismo de estado, que mientras jugamos nosotros otros son los que mantienen los tableros y a los jugadores: la masa trabajadora.
Mientras estos facinerosos camuflados (y lo digo como lo pienso, porque capitalismo de estado leninista más banderas (nacionalistas castellanas y otras nazionalidades ) más Dios (en este caso Dios lo sustituyen por dogma) es fascismo al más puro estilo italiano ), yo me preocupaba por la distribución de los alimentos, de la riqueza e intentaba hablar con los trabajadores de Mercadona para que cambiaran ese acto terrorista que es el despilfarro de alimento… pero como comentaban antes, los stalinos seguían voceando consignas contra el Borbón como “cabeza de la burguesía española” (cosa que ni ellos se creen). La verdad es que se les da muy bien sacar sus banderitas tricolores los sábados en la calle principal, pero todavía no se les ha visto (exceptuando en alguna concentración en temas sanitarios locales) ir sin banderitas y sin intentar sacar réditos propagandísticos a defender los derechos de los trabajadores que ellos dicen representar a los puestos de trabajo de éstos, y puedo decir y afirmar que hay mucho que defender, ni ir a las puertas de las ETTS (que por cierto está infectada la zona de dichas sanguijuelas) a protestar e informar a los trabajadores que van allí a dejar sus currículos o a los que son explotados por éstas, o a los grandes centros comerciales de la zona que practican las aberraciones mas fuertes contra el obrero, o contra los piratas que explotan de una manera salvaje a los obreros en pequeños parques empresariales del municipio. Por ahí no aparecen, claro porque a esas personas no les interesan sus diatribas republicanas, sino el poder tener trabajo o llegar a fin de mes y eso, a estos vocalistas no les interesa.
Analicemos pormenorizadamente algunas cosas:
Según ellos la república traerá la paz, la justicia social, etc, etc… pero ¿cómo? IDEALISMO puro y duro o ganas de tomarnos el pelo. El cambio viene desde las masas, las cuales son las únicas que pueden cambiar y hacer su revolución. El cambio solo puede venir mediante la socialización de los medios de producción, y la toma del Estado por parte de la masa oprimida sustituyendo la democracia burguesa por los consejos obreros democráticamente elegidos y revocables con el fin de desmontarlo a la vez que se avanza hacia el comunismo. Pero no solamente hay que cambiar la titularidad de los medios de producción, sino la relación de intercambio de la mercancía la cual deberá de ir paulatinamente haciendo que los intercambios se realicen por el valor de uso en vez de por el valor, mientras se va desmontando el trabajo asalariado y por último el dinero.
La república, tal y como esta gente la plantea, es el germen del futuro enquistamiento del sector público (no hace falta recordar lo que opinaba Marx sobre el sector público como generalización del privado), donde una serie de políticos y burócratas funcionarios acumularán la plusvalía generada del obrero, es decir, lo explotarán, hundiéndolo más si cabe en su alienación. Sobra decir que en la etapa de la democracia obrera radical (dictadura del proletariado), algunas cosas como la banca por ser la gestora de una herramienta de intercambio llamado dinero (mientras se desmonta el uso monetario), la educación, sanidad e infraestructuras si deberían ser nacionalizadas, pero en el caso de los bancos e infraestructuras para aumentar la coordinación del uso que de dichas herramientas hiciesen los distintos sectores socializados y en el caso de la sanidad, educación, cultura y otros servicios que no generan riqueza material propiamente dicha, es decir plusvalías, sino que son servicios sociales de primera necesidad que generan otro tipo de riqueza (en el caso de la educación bien entendida genera el germen de la libertad), para asegurar una coordinación entre los profesionales dedicados a dichos menesteres y sobre todo a su sustentación mientras se elimina el trabajo asalariado, para luego todo, absolutamente todo ser socializado y manejado democráticamente y directamente por las propias fuerzas productivas, es decir, los trabajadores y profesionales. Dicho enquistamiento del sector público realmente es el feto que al nacer será el capitalismo de estado, ese engendro frio, gris e inhumano capaz de las mayores atrocidades contra la humanidad, que machaca personas sin ningún tipo de miramientos, viviendo de la clase a la que dice por otro lado defenderla, de la que dice ser su vanguardia. Esto no es que lo diga yo, la historia lo ha demostrado (URSS, Mussolini, Franco, Hitler, Cuba, Corea del Norte, China…) y Marx advertido en los Manifiestos económicos y filosóficos. Como por una vez bien dijo Lenin, el Estado solo debería de ser la teneduría de libros contables… (Pero del dicho al hecho hay un trecho).
La auténtica revolución es la social, aquella que socializa en vez de nacionalizar, que el sector público se reduce al mínimo necesario mientras se tiende a la propiedad común. ¿No es una perogrullada (exceptuando los casos señalados) fortalecer la propiedad pública para luego hacerla desaparecer? ¿Quién se va a creer eso? Un sector público fuerte a lo que tiende es a la dictadura total política y económica del Estado, nublando cualquier posibilidad creativa individual, de libertad de pensamiento, anulando la actividad generativa y productiva obrera, profundizando en la alienación de la masa, en resumidas cuentas, una sociedad gris, sin ningún atisbo de color, una vida sin vida. Un sector público fuerte no tiende al reparto más equitativo de la riqueza, sino a la acumulación de la riqueza en manos de unos burócratas y al reparto de las miserias. En la dictadura del proletariado no se redistribuye la riqueza mediante las nacionalizaciones, sino con políticas fiscales progresivas, mediante la expropiación de las grandes empresas y tierras que no hayan sido tomadas por obreros y campesinos para inmediatamente devolverlas a sus verdaderos dueños, la clase oprimida, que son quienes producen. De lo único que se tiene que ocupar el Estado obrero es de velar porque la socialización de la sociedad vaya por buen camino, por el camino que le dicten las masas.
El sector público al obrero solamente le interesa que sea relativamente fuerte en la sociedad capitalista actual para contrarrestar la vorágine capitalista liberal, debido a la inviabilidad actual de la propiedad común (debido a que esta solo se pueda dar en un estadio revolucionario) en los sectores de la educación, sanidad, transporte de viajeros,… (en general los llamados servicios públicos esenciales y básicos). Cuestiones como la banca o la vivienda también serían interesantes, pero debido a la actual maraña legislativa (además de golpes de estado y/o accidentes) solo podría darse en un estado pre revolucionario con una agitación de la masa total. Y ¿Por qué la sanidad y la educación si? Porque una educación privada y mercantilizada daría como resultado en el actual sistema un desvío de riqueza a las arcas privadas que comercializan con un derecho fundamental como la educación, y porque es necesaria una educación que genere una autentica libertad de pensamiento y de miras no dirigida por los poderes fácticos, lo que haría que la educación se convirtiera en la principal arma revolucionaria. La sanidad es necesaria su actual y completa nacionalización, en primer lugar porque es inhumano e inadmisible que haya ratas que se lucren con la salud del ser humano, además de concentrar todos los recursos en una sanidad pública para una cobertura universal a cualquier persona. Volviendo a la banca (aunque sé que su nacionalización es casi imposible si no es en un estado revolucionario), su nacionalización daría como resultado que el crédito y otros servicios bancarios fuesen servicios públicos de ayuda crediticia (evidentemente sin interés) al obrero y en una fase revolucionaria el control del flujo monetario por parte de los consejos obreros para ir así regulando la inflación que pudiera darse y el desmontaje de la economía monetaria y capitalista.
En un contexto revolucionario, el resto de actividades, las que generan plusvalías, deben de ser socializadas inmediatamente, para que así mientras duren las transacciones en base al valor de las mercancías y exista el trabajo asalariado, los obreros sean dueños de sus propias plusvalías, exceptuando lo que ha nivel impositivo el Estado obrero a través de los consejos obliguen a dar a la sociedad para la redistribución de la riqueza, ahí es donde interviene el Estado obrero mientras se desmonta, en aplicar una fuerte imposición fiscal directa, pero con el claro objetivo al más corto plazo posible de eliminar el trabajo asalariado, la eliminación de la mercancía como definición económica de intercambio y la sustitución por el valor de uso. Es decir, la sociedad sin opresores ni oprimidos, en base a la propiedad común de los medios de producción, en un ambiente de solidaridad fraternal como objetivo irrenunciable de la clase obrera, de las clases oprimidas.
Las personas que lucharon del 36 al 39 por la libertad, la revolución social, el gobierno de obreros y campesinos y contra el fascismo fueron derrotadas en sus propias trincheras por los ascendientes ideológicos de estos voceros republicanos actuales, los estalinistas, esos deplorables capitalistas de estado, y por los antecesores de los actuales oportunistas pequeños burgueses socialdemócratas. Recordarles que el golpe de estado del 36 no fue contra la república (solamente hay que observar la candidez de dicho gobierno en esas horas cruciales o lo que representaba Casares Quiroga), sino contra la situación pre revolucionaria que se vivía por aquel momento, y que si se volvió contra la república (la misma que asesinó a los mineros de Asturias en el 34, etc.…) fue porque en algunos territorios de ésta se dio como reacción al alzamiento (después de muchos años de maduración social) una cosa maravillosa que raramente se ha dado, la revolución social, además de porque la población obrera y campesina salió a la calle a defenderse contra el fascismo, para que no les quitaran los derechos adquiridos a base de mucha sangre y represión. Los militares tenían miedo a que ese nuevo gobierno del Frente Popular llevado por las masas, se radicalizase (como suele suceder en estos casos) o perdiese el control de la situación generándose una revolución en toda regla (se podría decir que en algunas regiones de España, la situación era pre revolucionaria), como sucedió en Rusia con Kerensky en 1917 (donde su gobierno burgués fue un preludio barrido por la revolución). No olvidemos el carácter pequeño burgués de la Segunda República, sin olvidar la ideología de su más insigne figura, Azaña, que era de la izquierda burguesa.
Volviendo al tema de los voceros republicanos, es gracioso que digan que lo de la república tiene más tirón que los rollos obreristas entre la población y que hay que aprovechar eso para enganchar a la gente al carro de la lucha obrera. Claro, si es que es con una república burguesa ya no habrá accidentes laborales y todos estaremos contentos porque mantendremos a un parásito, perdón a un presidente de la república y a toda su caterva política dirigiendo el cotarro, y nos darán unos orgasmos terribles porque seremos explotados por el capital, eso sí, bajo una Tercera República.
Salud, Revolución, Tierra y Libertad.
Rafael Clemente Alcaide
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