Una aclaración sobre lo que llamamos huelga "reconducible":
Primero, según la ley francesa, la sindicalización, así como la participación en las huelgas, son asuntos individuales: cada uno puede decidir si participa o no. En este contexto, la "huelga reconducible" es una forma de huelga que experimentamos en el movimiento del 95. Consiste en que en vez de que la huelga la convoquen las dirigencias, se decide en cada centro de trabajo. La asamblea general de huelguistas se reúne a diario, y vota en pro o en contra de "reconducir", o sea continuar la huelga para el día siguiente.
Este sistema presenta dos ventajas esenciales: primero es lo más democrático, pues son las bases quienes deciden; segundo, en un movimiento prolongado, permite evitar que la huelga se vaya deshilachando poco a poco, pues la decisión de continuar o terminar es colectiva, y para la moral de la gente, eso resulta esencial.
La Huelga Interprofesional y nacional por la retirada del proyecto de ley sobre jubilación Número 1 - 11 de octubre de 2010. Tras las jornadas de huelga de los 27 de mayo, 24 de junio, 7 de septiembre, 23 de septiembre, 2 de octubre, estamos en una nueva fase, determinante, de esta lucha social. A partir del 12 de octubre, un movimiento reconducible se amplia en toda Francia y va a tocar a todos los sectores profesionales. La Unión sindical Solidaires brinda su apoyo a las huelgas que se están dando, así como a las que decidirán las Asambleas Generales de asalariad@s desde mañana.
CFDT, CFTC, CGT, FSU, UNSA, y por supuesto Solidaires se pronuncian claramente por "celebrar Asambleas Generales y organizar consultas unitarias de l@s asalariad@s en sus centros de trabajo" con el fin de "definir democráticamente el ritmo, las formas y la continuación de la acción". La huelga se construye, en las bases, en los ramos profesionales y las localidades. Los llamados unitarios a un movimiento de huelga interprofesional se han multiplicado en los días pasados, ampliando de manera considerable las primeras iniciativas de la Unión sindical Solidaires y de algunos sectores de la CGT.
Los sindicatos Solidaires, CGT, FSU, FO, CFDT, UNSA. se lanzan en la huelga reconducible en las refinerías, las Colectividades Territoriales, los transportes urbanos, aéreos y marítimos, en la RATP (transportes parisinos), la SNCF (ferrocarril), en la Educación Nacional, el Ministerio de Finanzas, el Ministerio de Cultura, La Poste (Correos), France Telecom, la Seguridad Social, Electricidad de Francia (EDF), Gas de Francia/Suez, en el Ministerio de Medio Ambiente y Fomento, el de Trabajo, el de Transportes, en los Hospitales, en el sector audiovisual, los Bancos, la Meteorología, en las empresas de Metalurgia, de Comercios, Servicios, Industria química, Prevención y Seguridad, Construcción, Limpieza. Numerosas Uniones Departamentales interprofesionales apoyan estos llamados a huelga.
La prioridad: ¡todos y todas en huelga y en las marchas el martes 12!
La reconducción de la huelga y su ampliación serán posibles a partir del éxito del día 12.
Millones de huelguistas y manifestantes en toda Francia el martes que viene, esto es lo que nos permitirá, en las Asambleas Generales del martes y el miércoles, decidir la continuación del movimiento hasta la retirada del proyecto de ley. Cada un@ de nosotr@s puede participar en esta lucha social: primera etapa el día 12, acudiendo a las marchas, y luego decidamos la huelga en todos los lugares en que resulte posible, propongamos acciones que permitan a tod@s juntarse en la lucha.
Para perder menos dinero: la huelga reconducible
Algunos días de huelga para no perder años de tiempo libre, eso sí que merece la pena ¿no? La huelga cuesta dinero: eso es innegable. Pero la implementación del proyecto de ley ¡nos ha de costar mucho más! De manera directa, a través de las pensiones de jubilación drásticamente reducidas, y de manera indirecta, pues una derrota social en este terreno dejaría la puerta abierta a nuevos atropellos. Para ganar más, hay que luchar de la forma más eficiente posible: para la Unión sindical Solidaires, ya ha llegado la hora de una huelga reconducible, que no nos saldrá más caro que unas huelgas aisladas y nos permitirá ganar.
Un movimiento cada día más fuerte: ahora franqueamos un umbral y ¡vamos a ganar!
Las jornadas de los 7 de septiembre, 23 de septiembre, 2 de octubre han juntado cada una a cosa de 3 millones de personas: ¡es más que durante el movimiento de noviembre y diciembre de 1995! Y l@s marchistas no son l@s mism@s de una mani a otra: existe un rechazo muy masivo de este proyecto de ley, una voluntad de imponer otro reparto de las riquezas. Ahora ya le toca a la huelga interprofesional reconducible y ¡vamos a ganar!
Hagamos circular la información
Hacer circular una información veraz es determinante para el éxito de la huelga. Lo hace Solidaires a través del rubro "¡Acción!" de su página web: http://www.solidaires.org/rubrique365.html . Enviad la información a contact@solidaires.org <mailto:contact@solidaires.org> para alimentarla, así como este boletín diario.
La Huelga Interprofesional y nacional por la retirada del proyecto de ley sobre jubilación Número 2 - 12 de octubre de 2010.
Jornada decisiva, la de este martes 12 de octubre: la importancia de la participación en la huelga, el que abarque numerosos ramos profesionales, la participación masiva en las marchas, van a permitirle al movimiento instalarse en lo duradero, ampliarse, reforzarse. y ganar el abandono de ese proyecto de ley reaccionario.
¡La huelga arrancó de lo lindo! Algunas refinerías, algunos puertos, ya están bloqueados desde hace varios días. La semana pasada, en varias empresas y servicios, l@s asalariad@s han votado a favor de la huelga reconducible a partir del día 12. Hoy, el movimiento se anuncia fuerte en muchos sectores.
Un gobierno acorralado
Zarandeado por llamados a la huelga reconducible, el gobierno alinea mensajes contradictorios: hace algunos días, pretendía que había "hecho concesiones", en especial para las mujeres. Todas las centrales sindicales volvieron a afirmar que las pequeñas modificaciones operadas en el proyecto de ley no respondían en absoluto al problema planteado, no arreglaban nada las desigualdades sufridas por las mujeres. Como fracasó tal diversión, cambio de tono el pasado fin de semana: "no cambiaremos nada". Pero si eso ya lo sabemos desde hace semanas: el gobierno y la patronal no quieren retroceder por las buenas, la apuesta consiste en imponérseles que lo hagan por un movimiento social de mucha amplitud.
¡No, no es obligatorio trabajar más!
Durante meses, la propaganda repitió que "ya que vivimos más viejos, es normal trabajar más tiempo". Se trata de una afirmación estúpida. Primero, porque si vivimos más tiempo, se debe en parte a que el tiempo de trabajo disminuyó; alargarlo mediante una postergación de la edad para jubilarse produciría el efecto inverso. Segundo, la cuestión verdadera es saber qué proporción de la riqueza colectiva del país dedicamos a las pensiones: con los cientos de miles de millones regalados a los banqueros, los accionistas, los rentistas ("paquete fiscal", "nichos fiscales", exoneración de cuotas sociales, etc.), existe ampliamente lo suficiente para deshacer las contrarreformas de 2007 (regímenes especiales), 2003 (Función pública) y 1993 (régimen general), y satisfacer las demandas sindicales sobre la disminución de la penibilidad del trabajo, su compensación, una verdadera igualdad entre varones y mujeres, etc.
A tod@s nos concierne
La contrarreforma se aplica a tod@s l@s asalariad@s: régimen general, régimen de la Función pública, regímenes especiales. Por tanto es natural que luchemos tod@s junt@s, aunque las medidas se apliquen según agendas un poco distintas. No repitamos el error de 1993: las y los asalariados del sector privado habían sido lo únicos atacados en un primer tiempo, y la ausencia de una respuesta unitaria había permitido al gobierno aplicar su plan, y luego acometer a la Función pública en 2003, y a los regímenes especiales en 2007.
¡Seremos millones y volveremos si hace falta!
Sin lugar a dudas, las marchas que se van a dar hoy día en toda Francia van a agrupar a millones de personas. Una nueva jornada de marchas ya se ha fijado para el sábado 16. Entre tanto la huelga se va a arraigar en el país. Los sectores que decidan la reconducción desde hoy van a permitir a otros que se junten al movimiento y lo ensanchen. Dentro de un mismo sector geográfico, mañana, habrá empresas en huelga y otras que no todavía: ¡organicemos discusiones entre tod@s, para ampliar el movimiento!
La huelga es de quienes la hacen
Las Asambleas Generales representativas son el lugar donde se debate la continuación del movimiento. Eso sí, claro, para estar en situación de decidir, hay que ser lo suficientemente numerosos, representativos de l@s asalariad@s. En todos los centros en que sea posible, como lo dicen las organiaciones nacionales CFDT, CFTC, CGT, FSU, UNSA, y por supuesto Solidaires, fomentemos "la celebración de Asambleas Generales y la organización de consultas unitarias de l@s asalariad@s en su centro de trabajo" para "definir democráticamente el ritmo, las formas y la continuación de la acción".
Más de tres millones y medio de manifestantes.
3000 en Ancenis, 10 000 en Valenciennes, 2300 en Châteaubriant, 25 000 en Saint Nazaire, 12 500 en Epinal, 40 000 en Le Mans, 60 000 en Rennes, 33 000 en Toulon, 4500 en Draguignan, 4000 en Fontenay le Vicomte, 20 000 en La Roche sur Yon, 50 000 en Clermont-Ferrand, 1400 en Sablé, 95 000 en Nantes, 4500 en Gap, 3200 en Manosque, 3500 en Digne, 12 000 en Annecy, 55 000 en Caen, 3500 en Lisieux, 15 000 en Besançon, 70 000 en Chambéry, 3200 en Vire, 11 000 en Chartres, 9000 en Auch, 12 000 en Bourges, 7000 en Vierzon, 55 000 en Le Havre, 10 000 en Dieppe, 75 000 en Ruán, 15 000 en Châlons sur Saône, 130 000 en Burdeos, 7500 en Mâcon, 3000 en Le Creusot, 2000 en Paray le Monial, 2000 en Autun, 10 000 en Charleville, 18 000 en Albi, 16 000 en Brive, 12 000 en Tulle, 3000 en Ussel, 4500 en Castres, 11 000 en Metz, 140.000 en Toulouse, 5000 en Chalons, 15 000 en Reims, 40 000 en Saint Brieuc, 12 000 en Lannion, 5500 en Dinan, 5000 en Guingamp, 32 000 en Nîmes, 12 000 en Alès, 33 000 en Tarbes, 25 000 en Limoges, 16 000 en Foix, 8000 en Quimperlé, 20 000 en Amiens, 5500 en Cholet, 2500 en Saumur, 11 000 en Carcassonne, 10 000 en Belfort, 12 000 en Dunkerke, 35 000 en Aviñón, 40 000 en Saint Malo, 230 000 en Marsella, 4500 en Colmar, 10 000 en Mulhouse, 33.000 en Orléans, 8000 en Montluçon, 70 000 en Montpellier, 28 000 en Estrasburgo, 30 000 en Lille, 72 000 en Grenoble, 4000 en Sens, 9000 en Auxerre, 45 000 en Lyon, 330 000 en París. y también marchas en Bagnols sur Cèze, Clisson, Tournus, Melun, Haguenau o Falaise. No son más que algunos ejemplos entre los centenares de marchas que se dieron el martes 12 de octubre en toda Francia.
¡Es más aún que el 2 de octubre! Y es mucho más que lo más fuerte de la huelga de 1995 que puso en jaque al Plan Juppé. El movimiento comenzado hace seis meses perdura y se arraiga en el país, lo apoya una enorme mayoría de la población. Cada un@ cae en la cuenta de que la contrarreforma gubernamental sólo apunta a bajar las pensiones, a acatar los deseos de la patronal y los mercados. El gobierno, encerrado en su torre de marfil, no quiere ver ni entender nada del enojo social que retumba por todo el país. Sí, esta reforma, aun votada en la Asamblea Nacional y el Senado, permanece profundamente injusta: ¡debe retirarse!
Huelga reconducible ¡ahora!
El día 12, el número de huelguistas ha sido muy alto, en la Función pública, en el sector público, en las empresas del sector privado. Numerosas Asambleas Generales de asalariad@s han decidido reconducir la huelga:
* Huelgas reconducidas en las refinerías
* Huelgas reconducidas en la SNCF (ferrocarriles)
* Huelgas reconducidas en los transportes urbanos (París, Marsella, buses de varias ciudades)
* Huelgas reconducidas en diversos servicios de varios ministerios (Cultura, Finanzas, etc.)
* Huelgas reconducidas en numerosas Colectividades Territoriales
* Huelgas reconducidas en la Educación Nacional
* Huelgas reconducidas en las terminales metaneras de los puertos, en las centrales nucleares, en la distribución de electricidad y gas de varias ciudades
* Huelgas reconducidas en varios servicios de Correos
* Huelgas reconducidas también en otros ramos, de manera desigual según los departamentos
La Unión sindical Solidaires llama a ampliar y reconducir la huelga
Ya no queda tiempo para perder: ahora es cuando hay que ampliar y endurecer el movimiento para ganar. Numerosos llamados unitarios han sido lanzados en este sentido en ramos profesionales y departamentos.
La Unión sindical Solidaires llama a celebrar asambleas generales, a ampliar el movimiento, a reconducir la huelga donde sea posible, a desarrollar los vínculos interprofesionales y las solidaridades entre l@s asalariad@s de los distintos ramos movilizados, y a preparar la nueva jornada nacional de marchas del sábado 16 de octubre para encontrarnos de nuevo tod@s en la calle por millones.
¡Es el bloqueo del país lo que hay que organizar para imponer la retirada de esta contrarreforma injusta!
Entrevista con Didier Le Reste, secretario general de la CGT-ferroviarios
"Tenemos enfrente a un Gobierno reaccionario, revanchista e intransigente"
Toda Europa está acostumbrada a ver con regularidad huelgas que paralizan por completo Francia, y parecen huelgas generales. La causa es la importancia de la compañía nacional de trenes, la SNCF, y el poderío en ella del sindicato progresista Confederación General del Trabajo (CGT). Ese sindicato tiene una larga tradición de lucha, que remonta a la huelga insurreccional contra los nazis, en 1944. También tiene un peculiar número uno: Didier Le Reste, secretario general de la CGT-ferroviarios.
Le Reste es un revisor, a punto de jubilarse, que reúne dos características que le hacen único. Por un lado, representa el sindicalismo a la antigua, el que enraíza su fuerza en la organización y la disciplina como en los mejores tiempos del modelo social francés, del que el estatuto de los ferroviarios es, precisamente, locomotora. Por otro, Le Reste es el único sindicalista que puede jactarse de haber derrotado ya a Nicolas Sarkozy. En otoño de 2007, cuando el actual presidente era un hombre triunfante seguro de poder romper con todo, se partió el espinazo contra la huelga inteligentemente organizada por este tipo bajito y simpático.
Hoy los ferroviarios CGT están en huelga, pese a que ya salvaron sus envidiables pensiones propias. Le Reste, número uno de esa fuerza, explica las claves de aquella victoria, cómo los ferroviarios en huelga jugaron con las ambigüedades de Sarkozy, con su dualidad entre platós de televisión y los bastidores.
¿Diría usted que el movimiento se amplifica y está cerca de la victoria?
Hay cada vez más gente en la calle, y cada vez más paros en empresas privadas y públicas. La protesta se instala, para una larga duración, y los sondeos dicen que en torno a un 70% de la población está contra la Reforma Sarkozy, y que en torno a un 60% desea que el movimiento prosiga. Los sindicatos tenemos la responsabilidad de conducir el movimiento. Respecto a la victoria, déjeme decir que a cada día, su afán, o que cada día sale el sol, se vea o no (A chaque jour suffit sa peine). No voy a hacer de hombre del tiempo de la meteorología social. La partida va a ser dura y difícil porque tenemos enfrente un Gobierno reaccionario, revanchista e intransigente. Febril. Con el jefe de Estado, tiene tendencia a responder con represión, en vez de avenirse a razones y escuchar a la opinión pública mayoritaria que está diciendo que hay que parar esta reforma, porque es injusta socialmente, ineficaz económicamente y brutal en como es conducida. Su salida es abrir negociaciones sobre el futuro de las jubilaciones. Que busquen otras fuentes de financiación para las pensiones, en vez de castigar siempre el bolsillo de los asalariados.
Esta huelga es diferente de otras anteriores de Francia. Los ferroviarios y el sector público no son punteros ¿Es una sorpresa para usted, o lo ha organizado?
En Francia, menos del 10% de los asalariados están afiliados a un sindicato y paradójicamente aquí los sindicatos sabemos llevar adelante movimientos de la amplitud que estamos viendo. En este movimiento hay una agregación de problemas, de ahí su fuerza y el apoyo de la opinión. La gente está diciendo: ¡Basta! No aceptan que la edad legal de jubilación tenga que subir de 60 a 62 años, y la edad de jubilación con el 100% de 65 a 67. Algo que luego han puesto en paralelo con los escándalos de este verano, cuando el Caso Bettencourt puso sobre el tapete la connivencia del poder con las fuerzas del dinero. En paralelo con los cinco millones de franceses excluidos del trabajo, y con los siete millones de franceses bajo el nivel de pobreza.
Sí, pero había que organizar esa cólera en forma de inteligencia colectiva, coordinarla ¿Es lo que hace la intersindical?
Sí.
Vemos por ejemplo que, frente a las cargas de la policía contra los piquetes que bloquean depósitos de carburante, la respuesta no es violenta, sino ir a buscar otros depósitos que bloquear y amplificar el movimiento a camioneros ¿Es decisión de la intersindical?
Absolutamente, sí.
¿La intersindical está en una lógica de organizar una resistencia?
Eso es. Desde la llegada de Sarkozy al poder estamos en una lógica de resistencia y de conquista. Las dos. En el movimiento actual, los sindicatos con toda su diversidad, saben que Sarkozy no es el último que fomentará golpes bajos y buscará crear condiciones de caos. O sea que no caemos en esa trampa. Ya en 2007, cuando Sarkozy intentó 'reformar' en quince días los regímenes especiales de jubilación, especialmente el de los ferroviarios, él esperaba que fuéramos con orejeras hacia la huelga ilimitada, es decir hacia un muro. No le hicimos ese regalo. Estamos razonando un movimiento pacífico que permite poner la respuesta social a la altura del ataque que sufrimos. El Gobierno tiene tendencia a reprimir a jóvenes y a trabajadores que bloquean, y eso lleva a la radicalización. Pero la opinión ve el juego, ve que es la única respuesta del poder a millones de manifestantes y a sondeos que le son desfavorables. Por eso la situación actual ya es contraproductiva para Sarkozy. Independientemente de la salida de este conflicto social. La mayoría conservadora ya tiene un problema político que va a durar.
¿Qué le inspira el comportamiento de la juventud en este conflicto?
Hay algo que es poco conocido. Cuando se dice juventud en Francia, hay que pensar una cosa. La mitad de los bachilleres y los universitarios trabaja para financiar sus estudios. Los estudiantes también son trabajadores, y también cotizan para su jubilación. O sea que no es nada anormal, e incluso es algo muy sano, que se interesen por su futuro. El Gobierno les dice que esta reforma les toca, porque sería para garantizar sus propias pensiones por reparto solidario. Es una falsedad. O sea que los jóvenes tienen toda la razón de entrar en el movimiento. Lo mejor es que lo hagan en el marco de sus propias organizaciones sindicales de estudiantes. Y hay convergencias entre nuestros sindicatos y los suyos. Nosotros no les decimos lo que tienen que hacer, pero sí tenemos muy estudiado el proyecto Sarkozy, y les podemos detallar lo que esconde en el fondo.
Los ferroviarios hacen huelga a un nivel menor que en otras ocasiones ¿Cómo lo explica?
Lo cierto es que la cuestión del poder adquisitivo y de los días de huelga ya descontados pesa, pesa sobre todos los movimientos. Pero sobre todo tenga en cuenta que no es lo mismo que una huelga 'milimetrada', de un sólo día. Esas dan tasas de participación en la compañía ferroviaria del orden del 80%. Cuando son largas y reconducibles, es normal bajar a entre el 20% y el 40% de participación. Los ferroviarios han entrado en un movimiento interprofesional. Prefieren mirar qué hacen los camaradas de la electricidad, la química, correos, transporte... Lo que estamos haciendo en la SNCF es que tenemos ciertos servicios que, por ejemplo, han decidido parar parcialmente, o sólo ciertos días de la semana. Otros, por ejemplo los talleres de mantenimiento y los servicios administrativos, decidieron cesar la huelga, para volver a arrancar el lunes. Construimos la acción para que dure.
Es decir que si hace falta más semanas y semanas de huelga, quedan reservas.
Sí, claro. Mire lo que pasó el viernes. Los ferroviarios salieron de las estaciones y de sus talleres para ir a manifestar con otros asalariados, y a repartir pasquines en centros comerciales. Son solidarios con otros empleados, especialmente con los empleados precarios, que no tienen la posibilidad real de expresarse con huelgas.
En otoño de 2007, la huelga dura de los ferroviarios paró el recorte de sus pensiones, en el fondo, a cambio de una victoria aparente, en superficie ¿Cuál fue la clave de ese éxito?
Sí, fue un buen ejemplo. Sarkozy, candidato en campaña, martilleó con los ferroviarios de la CGT. ¡Conseguía que nos abuchearan en sus mítines! Siempre dijo que, si tomaba el poder, se ocuparía de nosotros. Al llegar al poder, enseguida lanzó dos supuestas grandes reformas que nos estaban destinadas. La primera, el servicio mínimo en los transportes públicos. Quería un servicio completo a las horas punta, y requisición de personal. No coló, porque organizamos 80 manifestaciones en todo el país y nos explicamos. Luego, exigió recortar nuestros regímenes especiales de jubilación en quince días por decreto. Lanzamos la batalla, de forma decidida, pero inteligente. Y al cabo de diez días de huelga obtuvimos que todo se transformara en una negociación tripartita sindicatos-gobierno-patronal. En trenes, negociamos durante 18 meses. Al término, hay una reforma, pero no es la reforma que quería Sarkozy. El Senado acaba de reconocer en un informe que lo que obtuvimos es más de lo que cedimos. Algunos parlamentarios conservadores están muy enfadados, y se estiman engañados por Sarkozy.
¿A qué edad se jubilan ustedes, los ferroviarios franceses?
Sigue existiendo nuestro régimen especial. Un maquinista puede jubilarse a los 50 años, y a los 52 puede aspirar al 100% de su pensión de base. Un agente puede irse con el 100% a los 57. Y, por otra parte, obtuvimos compensaciones que mejoran el cálculo de la pensión. No ganamos en todo, pero sí en varios puntos. Por ejemplo perdimos en que ahora la revalorización anual de las pensiones de los ferroviarios se hace sobre el coste de la vida, y no sobre los salarios de los activos. Eso no es bueno.
¿Sería posible una salida ahora como la que existió en 2007 –victoria aparente para Sarkozy en los platós, y reforma de fondo negociada e interesante, entre bastidores para ustedes?
Esa imagen es correcta. El primer logro de nuestra huelga de otoño de 2007, fue zapear a Sarkozy de la televisión. Se abstuvo de salir. La estrategia de este Gobierno es ante todo las apariencias. Y cuando se mira en detalle, hay una gran diferencia entre esas apariencias y la realidad.
¿Cuál sería una reforma de pensiones justa, eficaz y útil para usted en el contexto económico mundial?
En nuestro país, el objetivo es garantizar el futuro de las pensiones por solidaridad entre las generaciones, el régimen que nació con el Consejo Nacional de la Resistencia, algo que Sarkozy intenta romper. Hay que tener en cuenta la clave demográfica: 13 millones de jubilados hoy, unos 18 millones en 2020, y un horizonte en el que, efectivamente, puede haber 1,2 activos por jubilado. Por lo tanto se plantea la cuestión de financiar las pensiones. La reforma Sarkozy quiere exigir el 85% de ese esfuerzo a los asalariados--21.000 millones de euros por año-- , fundamentalmente por la vía de endurecer las condiciones de acceso a la pensión, y que por lo tanto baje su nivel. ¡Es injusto! Después, es además ineficaz, porque se habla ya de nuevos déficits y nuevas 'reformas' en 2018. Esta reforma no es la buena, no es democrática y no ha sido negociada. Nosotros dijimos al Gobierno que había que negociar. Pero prefirió no hacerlo, para dejar fuera completamente a los que son los tres grandes ausentes de esta reforma: la política salarial, la política de empleo, y la contribución del capital a la solidaridad. Cojamos la política de empleo. En Francia, sólo el 38,5% de la gente entre 55 y 64 años de edad tienen trabajo, y la gente empieza a trabajar más tarde que en la mayoría de países de Europa. Eso quiere decir que sólo hay cotizaciones realmente masivas entre 30 y 55 años de edad. Hace falta otra política de empleo. Si se crea un millón de puestos de trabajo, automáticamente hay 5.000 millones de euros de protección social suplementaria por año. Contribución del capital: El Tribunal de Cuentas ha dicho que si se somete a cotización todas las rentas que hoy escapan, automáticamente habría 10.000 millones suplementarios por año. Exoneraciones de cotizaciones de la patronal cuesta 32.000 millones al año, es decir la totalidad del déficit de pensiones previsto el año que viene. La CGT dice que hay que revisar todo eso, someter la riqueza financiera a la misma presión fiscal que el trabajo. Y, además, es necesario integrar en la base de cálculo de las cotizaciones el incremento de la productividad. Hay muchas posibilidades. Pero el Gobierno no quiere negociar. Quiere pasar por la fuerza, con su propuesta liberal.
Las supuestas reformas de pensiones con esos mismos parámetros de Sarkozy florecen por toda Europa como champiñones. ¿Qué aconsejaría a los movimientos sociales de otros países?
Es cierto que es un enfoque europeo. Sobre todo porque son los mercados financieros, vía las agencias de notación, quienes empujan a los Estados a reformar los regímenes sociales, sobre todo las pensiones. La reforma actual de Francia no es para garantizar las pensiones públicas, es para enviar señales a la finanza. Por eso yo lo que sugeriría a mis camaradas sindicalistas europeos, por ejemplo españoles, es anticipar. Imponer negociaciones que abran el debate, no sobre las únicas propuestas de la patronal y del Gobierno, sino también sobre nuestras propuestas. Los sistemas actuales no son buenos, porque empobrecen a los jubilados. Los Gobiernos van a acelerar con propuestas malas, reaccionarias e injustas a causa de la crisis del capitalismo. Van a intentar pasar por la fuerza con la matraca, como en Francia. La responsabilidad está en el campo del movimiento social.
Si es un problema de modelo ¿las pensiones justificarían una revuelta de tipo insurreccional?
Mire: Cada 10 de mayo, los ferroviarios CGT vamos con los militares al Arco del Triunfo de París a conmemorar la huelga insurreccional de 1944, decisiva para liberar París de los nazis. Los ferroviarios se declararon en huelga y cogieron las armas. Hoy tenemos un movimiento social importante de fondo, que ya plantea un problema político al poder. Pero no vamos a caer en las trampas que nos tienden. En las manifestaciones ya somos vigilantes respecto a ciertos provocadores gamberros, que estarían siendo pagados para infiltrar las marchas.
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