EL CONSUMIDOR COMO CUERPO SOCIAL

EL CONSUMIDOR COMO CUERPO SOCIAL

Si nos fijamos en los periodos de la historia, y como esta ha ido evolucionando. Tenemos que cuando no han existido etapas de contrastes fuertes de luchas de clases, por no crearse una estructura de tales calibres, esas sociedades han vivido un periodo larguísimo de años en descomposición gangrenosa. O si han existido esos dos cuerpos fuertes formados en la lucha de clases y entre ellos prácticamente se han liquidado y no ha habido un tercero lo suficientemente fuerte que cogiera una nueva alternativa hacia un nuevo modelo social, igualmente se ha tirado un periodo larguísimo de vida gangrenosa.
El primer ejemplo, lo tenemos con las economías asiáticas, siendo China su mejor exponente. Llega antes al feudalismo que Europa y sin embargo este dura gangrenosamente, hasta la revolución de Mao. Porque, muy sencillo, no se crea como en Europa dos clases, con el suficiente cuerpo, para su enfrentamiento dialectico de lucha, sino una familia, con su burocracia y un campesinado; por lo que sus turbulencias no iban a mas allá de cambios de familia en la dirección, y si acaso con reformas burocratizadas.
En el segundo ejemplo, tenemos en la caída de Roma. Aquí ya no hay una familia y unos esclavos domésticos, sino una clase de hacendados: los patricios y unos esclavos como productores sociales. Que en sus enfrentamientos de luchas de clases, terminan prácticamente las dos clases muertas. Y como no había de momento una tercera fuerza que cogiera la alternativa que sustituyera a ese sistema social, este se prolonga gangrenosamente durante un gran periodo de tiempo.
No ocurre lo mismo con el feudalismo europeo. Al existir dos clases fuertes: los nobles y el campesinado, sus enfrentamientos dialecticos, les llevan a la práctica destrucción entre ellos. Pero aquí si hay una tercera fuerza: la burguesía incipiente, que se aprovecha de ese prácticamente muerto sistema social y con una alternativa a un nuevo sistema social, toma la dirección.
Dentro de estos tres ejemplos de la historia, la que vivimos hoy, se parece más a la de la caída de Roma. Las dos clases fuerte, formadas durante el sistema social burgués: la clase burguesa y su negación la clase trabajadora, han mantenido durante todo ese periodo una lucha dialéctica encarnizada, que al final de ese periodo, prácticamente, ninguno de los dos tiene el suficiente cuerpo social, para empuñar una nueva alternativa. Con lo que si no tenemos un tercero que la empuñe, le queda a la humanidad, un periodo largo de vivencias gangrenosas. Y en el que no creo que reaccione de momento ese tercer cuerpo social que recoja la alternativa al nuevo sistema social.
El cuerpo social que debe de coger la alternativa al nuevo modelo social debe ser bajo mi punto de vista el consumidor. Formando cooperativas en pueblos con alcalde o sin alcaldes, en barrios de las ciudades, y poniendo en circulación su propia papel-moneda paralela a la teóricamente oficial y digo teóricamente porque esta, ya en su circulación es prácticamente papel-moneda, ya que dinero real, el productor con sus luchas ha terminado con él. Por supuesto ese papel-moneda paralelo de las cooperativas debe ser a cada uno según sus necesidades, porque de lo contrario se estaría en el mismo juego del papel-moneda oficial, con lo que seguiría todo igual. Es la única manera de salir de este sistema gangrenosos que padecemos, porque al existir consumo real, existirá un crecimiento real, y no ficticio o de burbuja como hasta ahora.
Francisco Fenoy.