Artículos sobre Educación

Pongo los enlaces a dos artículos de Salustiano Martín que hemos publicado. Los títulos son suficientemente expresivos:

LA COMPRENSIVIDAD COMO ESTRATAGEMA (LA LUCHA DE CLASES EN LA EDUCACIÓN)

NOTAS SOBRE LA LUCHA DE CLASES EN LA EDUCACIÓN

SALUD

Me he leido casi todo el primer artículo y me falta el segundo. Pero me gusta totalmente el sentido. Nos han colado un gol. Gran parte de la izquierda se ha creído el mensaje del "aprender jugando", "lo que es aburrido no vale la pena estudiarlo" y de "la plastilina". No estoy, por supuesto, por defender "la letra con sangre entra" ni una educación basada en el "sufrimiento", lo que me parecen valores que son totalmente reivindicables por la izquierda son la "autodisciplina", el esfuerzo de hoy para conseguir logros en el futuro, la asunción de retos, la audacia intelectual, la autosuperación. A fin de cuentas no ha habido revolución en la que la clase obrera no incorporara estos valores ¿Por que la clase obrera no tiene derecho a conseguir la "excelencia intelectual" solo reservada para los hijos de las clases medias-altas?.
En la actualidad se corre un peligro, bueno que ya se esta dando, de convertir la enseñanza pública en una guardería donde se autorreproduce la ignorancia y se tapan los parches con "plastilina", "colorines" y "valores ligth", "libertad de discusión" (que significa que todo el mundo habla al mismo tiempo, lo primero que le pasa por la cabeza) . Es una prolongación de la cultura basura que absorven por TV. Como consecuencia una parte importante de obreros medios, si se lo pueden permitir envían sus hijos a la concertada. Por supuesto, los burgueses saben muy bien donde enviar a sus hijos: a escuelas de élite, con un nivel, una exigencia... para ser los futuros cuadros de mando

Totalmente de acuerdo. Se te olvida el "pinta y colorea" que también está muy extendido.
Lo "cachondo" (por aquello de no llorar) es que en los proyectos pedagógicos realmente transformadores (Ferrer, Freinet,...) los "niveles" que se pretendían eran bastante más altos. Sin embargo, hoy tenemos un sistema educativo preparado para aborregar. Pero, cuando se lo dices claramente a los estudiantes, hay muchos que se dan cuenta y se oponen a ser aborregados (otros no, evidentemente). He tenido muy buenas experiencias en ese sentido.
Yo personalmente odio tratar a los estudiantes como si todos tuvieran problemas mentales. Así los tratan el sistema y los libros de texto. Como suelo decirles, uno da en función de lo que necesita dar. Y capacidades no les faltan a la inmensa mayoría.
Y otra cosa a la que me resisto con uñas y dientes es a lo que comentas de las guarderías. Es para lo que nos quiere el sistema: cuidamos a los niños mientras los padres curran.
SALUD

Siempre que envío mis textos sobre educación a algún espacio colectivo lo hago con la secreta esperanza de que quienes los lean piensen que acaso esos textos sean un buen comienzo para caminar hacia la elaboración de una estrategia comunista en el terreno de la educación. Eso mismo ha sucedido con los dos textos que encabezan este tema. Me parece que ya no es hora de comentarios puntuales sobre el contenido, tanto si se trata de decir que estamos de acuerdo con ellos como si se trata de negarles nuestrpo asintimiento. Me parece que éste es ya el tiempo de ponerse a trabajar por la elaboración de un discurso educativo que pueda disputar la hegemonía a los discursos educativos dominantes, tanto al de la derecha como al de la izquierda socialdemócrata. No existe ese discurso y es urgente producirlo. Os propongo, a vosotros y a los que se animen a seguir ese camino, que nos pongamos a trabajar en esa dirección. No será posible lograr la hegemonía de la clase trabajadora ni, por tanto, hacer la revolución socialista, si no conseguimos convencer a la mayoría de los trabajadores de que el camino para lograrlo pasa por el trabajo dentro del sistema educativo: pasa por la educación de los trabajadores. En fin, pasa por la disputa de la hegemonía ideológica (intelectual y moral) a la burguesía.

Intentaré plantear algunas cosas para esa estrategia que plantea Sardolux.

Lo primero que debo decir es que yo estoy de acuerdo con muchos de los postulados gramscianos que impregnan tus artículos. Pero creo que hay algo que hay que evitar si no queremos repetir un error muy extendido entre los militantes proletarios: la educación teórica (que es la que hay, se diga lo que se diga, en todo sistema educativo, incluso los alternativos) no puede ser escindida de la praxis político-social revolucionaria. En ese sentido, no podemos pensar que las revoluciones se hacen en las aulas. Allí se forma a jóvenes y no tan jóvenes, y puede que algún día esa formación, que es esencialmente teórica, les sirva en las luchas. Pero sin esas luchas, nada hay. Y a esas luchas no se llega en primer lugar por una toma de conciencia teórica sino por una necesidad material. Lo que no invalida que haya una relación dialéctica entre teoría y praxis. Pero es lo material lo determinante, no la conciencia.
No quiero decir que el planteamiento de Gramsci primara lo teórico sobre la lucha. Pero sí es cierto que esa es la interpretación que a posteriori se ha hecho mayoritariamente de algunas de sus aportaciones.

Lo segundo que considero necesario recordar es que el sistema educativo "oficial" es el sistema educativo de una sociedad capitalista. Eso determina unos límites a la labor posible en las aulas. De los diversos movimientos netamente transformadores que se han intentado en esta materia, la inmensa mayoría han sido fagocitados o relegados a lo testimonial (pese a que parezca que han tenido mucha relevancia). A mí me interesan especialmente 2:
La pedagogía Freinet (estoy en contacto con el MCEP con vistas a ingresar). Hoy es el único movimiento internacional de cierta envergadura. Pero su capacidad de intervención real es muy, muy limitada: yo creo que también porque se hace esa ilusión que comentaba antes y que es irrealizable. Y por esas limitaciones que le vienen impuestas desde el sistema. Y por otras dinámicas que exceden este comentario (cortes generacionales,...).
La llamada pedagogía crítica que sale de la Teoría Crítica y la Escuela de Frankfurt. Su carácter mucho más teórico-intelectual desde sus inicios ha sido "su tumba". Si hoy se ve la producción pública de los MRPs que seguían esta orientación, uno se aburre de leer siempre lo mismo y de su teoreticismo abstracto. Pero en el fondo, ha "pecado" de lo mismo, aunque haya tenido otra evolución.
No entro a analizar los mitos educativos de la II República (Gines,...). Hoy se ensalzan de una manera tan interesada como falsa.

Hay otra experiencia, que en mi opinión es mucho más interesante, pero que es más antigua y que fue directamente laminada por el poder (aunque su influjo es lo que dio lugar a la pedagogía Freinet y a otras experiencias, algunas de ellas vivitas y coleantes, por más que minoritarias). Me refiero a la Escuela Moderna de Ferrer i Guardiá. Su ventaja (y su peligro) es que se hacía "fuera" de las aulas oficiales, en franca oposición al sistema de entonces (sólo pensado para ricos,...). Evidentemente, surgía precisamente por eso, porque los proletarios no podían formarse. Pero también en eso estaban sus potencialidades. Tratar con el sistema siempre es dañino. Y el modelo de Ferrer evitaba intencionadamente ese trato.

En tercer lugar, y en función de lo expuesto antes, creo que se pueden desarrollar hoy estrategias educativas, que deben pasar por:
1. Tener claro que el sistema nos limita y no nos dejará hacer lo que realmente queremos en las aulas. Sólo asumiendo eso dejaremos de auto-engañarnos y estrellarnos una vez tras otra.
2. Tener claro que la formación de los jóvenes no es la espoleta revolucionaria ni mucho menos. Los profesores debemos aprender a considerar nuestra labor en su justa medida, que no tiene por qué ser la de agentes-mamporreros del sistema, pero tampoco la de "forjadores de revolucionarios".
3. Tener claro que nuestra labor como profesores será útil a la causa del proletariado sólo si pensamos en los estudiantes como futuros proletarios. Porque sólo con esa idea básica en la cabeza, con esa "perspectiva de clase", podremos elegir unos contenidos educativos que el día de mañana puedan servir en las luchas y desarrollar la conciencia. Son los contenidos la clave, y no los objetivos (que es la revolución, quien no lo tenga claro nada tiene que ver con lo que planteo) o la metodología (su primacía nos enfanga en la mierda que tenemos hoy en las aulas).
4. Además, los estudiantes de hoy van a ser mayoritariamente proletarios (y más en la pública). Por tanto, sólo teniendo en cuenta el punto 3 estaremos preparándolos para comprender realmente el mundo en el que van a tener que lidiar.
5. Nunca debemos olvidar que defendemos el materialismo histórico no porque "nos guste", sino porque lo consideramos la única manera de aproximarnos con un mínimo de garantías a la realidad. Eso implica acabar con los relativismos y eclecticismos y pensar en la enseñanza como una parte más de la ciencia que debe ser coherente con las otras partes.
6. Dada la realidad actual del movimiento obrero (fragmentado, en gran medida alienado, con demasiados lastres del pasado bolchevique y con un enorme peso del reformismo puro y simple), formular una estrategia en un campo específico como éste pasa precisamente por no pretender crear de entrada "LA" estrategia, sino por continuar y/o iniciar acciones, que serán las más de las veces aisladas pero de las que podrá salir esa estrategia. Además, así pasamos de la teoría (que nos puede llevar a repetir el error de la teoría crítica) a la praxis real.

Enlazando con esto último, mi planteamiento actual pasa por cosas como (es lo que hago en clase):
1. Seleccionar contenidos distintos a los que se intenta que enseñemos. Yo tengo que enseñar, por ejemplo, los sectores económicos. Pues en lugar de perder miserablemente el tiempo enseñando clasificaciones y esquemas que ya estaban desfasados cuando yo estudiaba, prefiero centrarme en aspectos como: la contradicción o paradoja que supone que en los países donde más peso tiene el sector primario (en producción y población ocupada) sea donde más hambre hay (esto lo asumo de Vidal Villa, al que se lo leí primero); la deslocalización industrial y sus causas, como forma de entender la localización industrial real actual; la privatización, liberalización y mercantilización de todos los servicios, tomando como eje Bolkestein y la OMC (os sorprendería saber cuantos profesores desconocen por completo qué es Bolkestein).
2. Crear materiales "alternativos", sobre todo en el sentido de que sean accesibles a todos y gratuitos. Y si puede ser, críticos. Para eso los blogs son todo un invento. Y utilizarlos con los estudiantes. Pero no desde programaciones de todo, sino desde actividades concretas, desde temas específicos de los que enseñamos todos los días.
3. Agruparme con gentes "afines" para hacer todo esto de manera colectiva. Y hacerlo lo más por fuera del sistema posible. Para hacer méritos y lograr horas para trienios, sexenios,... ya están los super-proyectos que hay en casi todos los centros, cuya utilidad real es más que cuestionable. Por eso, siempre que se pueda, hay que intentar trabajar sin las ataduras y la burocracia de esos proyectos. Que después se quiere algo (dinero para publicaciones,...), pues hace uno papeles-coña y los presenta. Pero si es posible, ni eso.

Actualmente, unos compañeros hemos iniciado un muy pequeño proyecto didáctico con estas 3 premisas. Hemos empezado a ver qué temas podemos tratar juntos, estamos elaborando fichas de algunos temas, y difundiendo materiales de los que trabajamos con los estudiantes (además, así usamos las TICs en el aula). Y a lo largo de este curso queremos seguir nuestro incipiente contacto con el MCEP con vistas a integrarnos.

SALUD