International Luxemburgist Forum - Foro Luxemburguista Internacional - Forum Luxemburgiste Intl

Would you like to react to this message? Create an account in a few clicks or log in to continue.
International Luxemburgist Forum - Foro Luxemburguista Internacional - Forum Luxemburgiste Intl

Forum for those in general agreement with the ideas of Rosa Luxemburg.
Foro para aquellos que tienen un acuerdo general con las ideas de Rosa Luxemburgo.
Forum pour ceux qui ont un accord général avec les idées de Rosa Luxembourg.

Translations

Similar topics

    Log in

    I forgot my password

    Navigation

    Latest topics

    » Carta abierta a Extinción Rebelión - Open Letter to Extinction Rebellion
    Engels sobre Thomas Munzer, un pasaje de gran interés.  EmptySun Jun 02, 2019 3:20 am by luxemburguista

    » Frente Anticapitalista Verde: Manifiesto - Green Anti-Capitalist Front: Manifesto
    Engels sobre Thomas Munzer, un pasaje de gran interés.  EmptySat Jun 01, 2019 11:11 am by luxemburguista

    » Las ideologías identitarias: La trampa de la diversidad
    Engels sobre Thomas Munzer, un pasaje de gran interés.  EmptyWed May 29, 2019 11:44 am by luxemburguista

    » 1 de Mayo: Viva la lucha de la clase obrera
    Engels sobre Thomas Munzer, un pasaje de gran interés.  EmptySun Apr 28, 2019 3:47 am by luxemburguista

    » Campaña de la CGT contra la ley de mutuas
    Engels sobre Thomas Munzer, un pasaje de gran interés.  EmptySun Apr 28, 2019 3:40 am by luxemburguista

    » Rosa Luxemburg: la llama ardiente de la revolución
    Engels sobre Thomas Munzer, un pasaje de gran interés.  EmptyTue Mar 26, 2019 12:46 pm by luxemburguista

    » Al fascismo no se le combate votando
    Engels sobre Thomas Munzer, un pasaje de gran interés.  EmptySat Mar 23, 2019 2:22 am by luxemburguista

    » A Green New Deal vs. Revolutionary Ecosocialism
    Engels sobre Thomas Munzer, un pasaje de gran interés.  EmptySat Mar 09, 2019 4:33 am by luxemburguista

    » La era del pánico climático está aquí
    Engels sobre Thomas Munzer, un pasaje de gran interés.  EmptySat Mar 02, 2019 5:44 am by luxemburguista

    Who is online?

    In total there are 32 users online :: 0 Registered, 0 Hidden and 32 Guests

    None


    [ View the whole list ]


    Most users ever online was 368 on Sun Feb 19, 2012 3:15 am

    Statistics

    Our users have posted a total of 4435 messages in 1437 subjects

    We have 198 registered users

    The newest registered user is parislima


    2 posters

      Engels sobre Thomas Munzer, un pasaje de gran interés.

      Rojillo Ibérico
      Rojillo Ibérico


      Number of posts : 22
      Website : http://icorsoc.blogspot.com
      Registration date : 2009-10-26

      Engels sobre Thomas Munzer, un pasaje de gran interés.  Empty Engels sobre Thomas Munzer, un pasaje de gran interés.

      Post  Rojillo Ibérico Fri Jan 27, 2012 7:16 am

      Escribiendo en 1850 Engels trataba del destino de Thomas Munzer, coma el del líder de un partido comunista llegado al poder antes de que las condicionas estuvieren maduras para el establecimiento de una sociedad comunista. Vale la pena acatar este pasaje extensivamente:

      "lo peor que le puede ocurrir a un líder de un partido radical es ser forzado a tomar el gobierno en un tiempo en el que la sociedad todavía no está madura par la dominación de clase que él representa y para las medidas que aquella dominación implica. Lo que realmente puede hacer no depende de su voluntad, sino del grado de tensión alcanzada por el antagonismo de las diferentes clases y del desarrollo de las condiciones de vida materiales, de les condiciones de producción y comercio en la clase sobre la cual siempre existen contradicciones. Lo que él debe hacer, lo que el partido le pide, de nuevo, no depende de él o del grado de desarrollo de la lucha de clase y sus condiciones. El está atado a les doctrinas y reivindicaciones hasta aquí planteadas que, de nuevo, no proceden de las relaciones de clase del momento, o del nivel de la producción y el comercio más o menos accidental. Sino que proceden de la comprensión más o menos penetrante del resultado general del movimiento social y político. De este modo, el se encuentra necesariamente en un dilema insoluble. Se encuentra pues en un dilema insoluble: lo que realmente puede hacer está en contradicción con toda su actuación anterior, con sus principios y con los intereses inmediatos de su partido; y lo que debe hacer no es realizable. El interés del propio movimiento lo obliga a servir a una clase que no es la suya y a entretener a ésta con palabras, con promesas y con la afirmación de que los intereses de aquella clase ajena son los de la suya propia. Quienes ocupan esta posición ambigua están irremediablemente perdidos". (La Guerra campesina en Alemania)

      "Profético", si me permitís la expresión.
      JM Delgado
      JM Delgado


      Number of posts : 731
      Group : Democracia Comunista Internacional-Organización marxista luxemburguista
      Location : Metalúrgico
      Registration date : 2008-06-20

      Engels sobre Thomas Munzer, un pasaje de gran interés.  Empty Re: Engels sobre Thomas Munzer, un pasaje de gran interés.

      Post  JM Delgado Fri Jan 27, 2012 11:14 am

      Hola Rojillo:

      ¿Puedes explicarte mas? sobre la actualidad de la reflexión engelsiana sobre Münzer. Gracias: JM.
      Rojillo Ibérico
      Rojillo Ibérico


      Number of posts : 22
      Website : http://icorsoc.blogspot.com
      Registration date : 2009-10-26

      Engels sobre Thomas Munzer, un pasaje de gran interés.  Empty Re: Engels sobre Thomas Munzer, un pasaje de gran interés.

      Post  Rojillo Ibérico Mon Jan 30, 2012 2:21 am

      Si, ya lo esbocé en Kaos. Se podría posiblemente aplicar a la "Revolución Rusa", concretamente a la de Octubre. Por mucho que trabajaran sobre la hipótesis de una "revolución mundial"; en la práctica no hubo tal "revolución mundial" y pretender achacar la fallida de esta a la "traición" (real o supuesta) de tal o cual sector de la socialdemocracia es engañarse: por desgracia la influencia de la socialdemocracia era manifiesta todavía en un sector muy importante de la clase obrera. Rosa Luxemburgo era consciente de esa problemática en el caso de Alemania y de la necesidad de ganarse a la clase obrera que todavía tenía falsas ilusiones en Ebert o la nueva República de Weimar. Pero la influencia infantil de ciertos sectores del espartaquismo llevaba a plantearse el atajo del insurreccionalismo, tanto en el 19 como en el 23. La cuestión es que fallida la hipótesis la posibilidad de que la Revolución Rusa llevase hacia el socialismo, como mucho podía resultar una revolución burguesa.

      Lo más honesto, para los bolcheviques, hubiera sido, enfrente a Kronstadt y la hola de huelgas en el 21 pactar con SRs y mencheviques y realizar unas elecciones libre a los soviets, lo cual les hubiese llevado posiblemente a tener que dejar el poder o compartirlo. Pero por lo menos hubiese sido una revolución burguesa democrática que hubiese dejado un margen para una futura auténtica socialista, sin el lastre que el estalinismo supuso sobre todo el movimiento obrero.Lo que pasa, es que realmente es ingenuo pensar en que los bolcheviques pudiesen haber tenido esta dosis de honestidad.

      Saludos Socialistas
      JM Delgado
      JM Delgado


      Number of posts : 731
      Group : Democracia Comunista Internacional-Organización marxista luxemburguista
      Location : Metalúrgico
      Registration date : 2008-06-20

      Engels sobre Thomas Munzer, un pasaje de gran interés.  Empty Re: Engels sobre Thomas Munzer, un pasaje de gran interés.

      Post  JM Delgado Fri Feb 03, 2012 12:46 pm

      Yo no tengo razones para imaginar una actitud deshonesta en los bolcheviques en general, aunque me parece que te refieres a la sinceridad de una posible entente con los otros partidos revolucionarios: eseristas de izquierdas, mencheviques y anarquistas, aquí desde luego el hipersectarismo de quienes están imbuidos de ser la vanguardia del proletariado es casi seguro que haría un gobierno de coalición o una colaboración estrecha bastante dificil, por no decir imposible.

      Creo que cometemos un error si equiparamos "revolución burguesa democrática" , en genérico, al tipo de régimen que, en efecto, surgió de Octubre: Lenin ni se engaña ni engaña a nadie, lo suyo (a lo que para nada llamó "Socialismo") fué un régimen de tipo jacobino, o sea republicanismo radical en su época aún bajo el halo de prestigio de la Gran Revolución francesa, jacobinismo que estaba muy presente tambien en la obra de Marx, y que para nada resulta lo bastante despreciable como para empaquetarlo bajo el esquema "democracia burguesa".

      Por lo demás, yo no creo que el estalinismo fuera hijo legítimo del bolchevismo, ni siquiera del leninismo, antes bien creo que el golpe de timón de Stalin al regimen de octubre fué de tal entidad como para llegar a forzarlo a las antípodas de su legitimación de origen: se trataba de conseguir convertir una teorías socialistas internacionalistas, extra o transnacionalista, en una ideolgía nacional-estatal, nacionalismo de hecho pero negandose a si mismo en cuanto tal, al tiempo que en la práctica se comportaba como un nacionalismo de consumo interno, ¡pero tambien externo a través de la IC y los partidos comunistas de todo el mundo!

      Quizás la Historia de Rusia pudiera decirnos mas sobre la naturaleza del estalinismo que la historia del comunismo internacional o la del bolchevismo y la Revolución de octubre.
      JM Delgado
      JM Delgado


      Number of posts : 731
      Group : Democracia Comunista Internacional-Organización marxista luxemburguista
      Location : Metalúrgico
      Registration date : 2008-06-20

      Engels sobre Thomas Munzer, un pasaje de gran interés.  Empty El texto de W. Leonard: objetividad versus ideologia

      Post  JM Delgado Mon Feb 06, 2012 4:47 am

      sábado 16 de febrero de 2008









      Wolfgang Leonhard: La triple escisión del marxismo






      Publicamos a
      continuación un fragmento de la obra del historiador (y activista
      político) Wolfgang Leonhard, “La triple escisión del marxismo” (1970).
      Concretamente, los tres últimos apartados de su segundo capítulo. En
      este libro, el autor, partiendo de las propias concepciones de Marx,
      analizó las diversas concepciones “comunistas” que se reclamaron
      herederas del marxismo y que desarrollaron una experiencia práctica en
      los países del llamado “socialismo real” (leninismo, stalinismo,
      comunismo científico soviético -“revisionismo” tras el XX Congreso del
      PCUS-, maoismo) así como las propuestas “reformistas” que se formularon y
      desarrollaron (en mayor o menor medida) en la Yugoslavia de Tito, en
      Polonia, Hungria y Checoslovaquia. Todo ello en una exposición crítica y
      muy bien documentada, y, sobre todo, muy esclarecedora sobre cuestiones
      de enorme importancia para el proletariado en su lucha por la
      emancipación. Pues, mostrando lo que él considera “escisiones” respecto
      de las formulaciones de Marx, puede entenderse el camino, tan alejado
      del socialismo y el comunismo, que adoptaron esas experiencias. Dado que
      son sólo referencias bibliográficas, hemos eliminado las notas.

      LOS NUEVOS COMPONENTES POLITICOS DEL LENINISMO

      No
      hay duda de que Lenin y sus conmilitones estaban firmemente persuadidos
      de que eran marxistas y de que habían llevado al marxismo a triunfar en
      el país, en Rusia. Tampoco cabe dudar de que muchas concepciones
      políticas de Marx y Engels entraron en las obras y escritos de Lenin, en
      el Leninismo. El internacionalismo de Lenin, su lucha contra el
      nacionalismo y el chauvinismo -también y precisa­mente en su propia
      nación-, su repugnancia por las alaban­zas y la glorificación de las
      experiencias rusas (y de su pro­pia persona), su defensa de una
      transformación evolucio­nista, voluntaria y socialista de la
      agricultura, y, sobre todo, su expresa confesión de los diferentes
      caminos hacia el socialismo en los diversos países, todo ello y otras
      cosas más dan testimonio de que Lenin tomó y desarrolló muchos
      principios fundamentales decisivos del marxismo.

      Pero junto a
      esta continuidad no pueden pasarse por alto seis importantes
      modificaciones de las concepciones po­líticas originales de Marx y
      Engels.

      La primera modificación se refiere al partido.
      En Marx la clase obrera, el proletariado, ocupaba el primer plano, en
      cuanto fuerza decisiva que ha de realizar el cambio de la sociedad. En
      Lenin se trasladó el peso principal al partido, una organización de
      revolucionarios profesionales que se apoya en una ideología común, al
      que está sometida la prensa del partido, que en cuanto organización está
      construida sobre el principio del centralismo democrático, y en el que
      está prohibida la difusión de concepciones contrarias a las del partido,
      un partido de élite, unitario y disciplinado que ha de capitanear y
      dirigir al proletariado.

      En segundo lugar, la importancia de la táctica política.
      Mientras que Marx y Engels se ocuparon poco y de paso de este problema,
      en Lenin los problemas de táctica, provenientes de su concepción de
      partido de élite, se hallaban en un claro primer plano. Sus innumerables
      instrucciones tácticas sobre alianzas, compromisos, concesiones, modos
      de lucha y sobre todo métodos de actuación en otras organizacio­nes e
      instituciones, influyeron sin duda en la forma de pensar, incluso tal
      vez en el comportamiento moral de los miembros y funcionarios.

      El tercer ámbito de modificación se refiere a la revolución socialista.
      Mientras que Marx y Engels unieron siem­pre la revolución social a
      presupuestos concretos (alto nivel del desarrollo económico y el que el
      proletariado constitu­yera la mayoría de la población), hablaron siempre
      de una revolución simultánea en los países industriales más
      impor­tantes y subrayaron de forma creciente la posibilidad de una
      transformación pacífica de la sociedad, Lenin cambió total­mente dicha
      concepción. Según él, los presupuestos mencionados por Marx y Engels ya
      no son decisivos; una revolución socialista tendrá lugar más bien en el
      "eslabón más débil" del imperialismo, bajo las condiciones de concretas y
      muy sobresalientes contradicciones políticas ("situación
      revolu­cionaria"). Esta revolución puede triunfar también en un sólo
      país, resultando por regla general de un derrocamiento violento en forma
      de un alzamiento armado. En vez de una revolución social de los obreros
      industriales, iba a ser una revolución socialista dirigida por un
      partido de élite, y exac­tamente sobre este esquema tuvo lugar la
      Revolución de Octubre de 1917 en Rusia.

      El cuarto cambio esencial está en la interpretación de la dictadura del proletariado.
      En lugar de las características, recalcadas por Marx y Engels, del
      poder político de la clase obrera, resaltaba Lenin el empleo de medidas
      dictatoriales contra la derrocada clase explotadora, un poder que se
      apo­yaba inmediatamente en la fuerza, que se hallaba bajo la dirección
      de un partido que, para poder realizar dicha tarea ha de estar unido y
      disciplinado y no puede tolerar fracción alguna ("unidad del partido").
      El poder bolchevique de Ru­sia, tras 1917 en forma de poder soviético,
      fué anunciado por Lenin como realización de la dictadura del
      proletariado, y sólo amortiguado por referencias diversas a que en el
      futu­ro y en otros países la dictadura del proletariado se realiza­ría
      de modo distinto y mejor.

      En la concepción leninista de las medidas de transición al socialismo
      se expresaban también las especiales condi­ciones rusas. En lugar de la
      corta transición prevista por Engels, sostuvo Lenin la idea de un
      período de transición muy largo, en cuyo transcurso se habían de
      producir no sólo una transformación de la sociedad, sino también las
      bases económicas del socialismo ("comunismo es poder soviético más
      electrificación"). Las, en parte muy diferentes, manifes­taciones de
      Lenin sobre las relaciones de propiedad, la direc­ción económica, el
      papel de los sindicatos, los estímulos económicos, medida y límites del
      terror, proporcionaron más tarde a las más diferentes fuerzas dentro del
      comunismo la posibilidad de apelar a Lenin.

      Finalmente, emprendió Lenin importantes cambios en la concepción de la futura sociedad comunista sin clases.
      A partir de una única referencia de Karl Marx, distinguió Le­nin entre
      una primera fase, la del "socialismo", y una fase superior, la del
      "comunismo". En el socialismo, el reparto había de producirse según el
      rendimiento del trabajo ("a cada uno según su rendimiento"),
      conservándose todavía el Estado; tan sólo se extinguirá en la fase
      superior del comu­nismo. Las concepciones de Marx y Engels, tan
      recalcadas, de asociación de productores libres, de la superación de la
      alienación y de la liberación de la personalidad humana, fue­ron
      asimismo totalmente marginadas en las ideas de Lenin respecto a la
      sociedad comunista sin clases.

      Todos estos cambios de Lenin en la
      doctrina política del comunismo reflejan su empeño en acomodar las
      concep­ciones políticas orginales de Marx y Engels a las tareas y fines
      del movimiento marxista ruso. La situación social en la Rusia zarista y
      el hecho de que el proletariado industrial sólo constituía en ella una
      minoría de la población lo llevó a una nueva concepción del partido. La
      falta de presupuestos para una revolución social según la mente de Marx y
      Engels le impulsaron a una interpretación totalmente nueva de la
      revolución socialista. El triunfo de la revolución bolchevique en Rusia
      en Octubre de 1917, para la que no se dieron en absoluto las condiciones
      previas señaladas por Marx y En­gels, halló su expresión en los cambios
      que introdujo Lenin, tanto en la concepción de la dictadura del
      proletariado como en la descripción de la futura sociedad sin clases


      CRITICA MARXISTA AL LENINISMO

      Entre
      los marxistas, incluso en las propias filas bolche­viques, no dejaron
      de suscitar contradicción algunos de los cambios introducidos por Lenin
      en la teoría política del marxismo. Así, Rosa Luxemburgo se alzó ya en
      1904 en contra de la nueva doctrina del partido de Lenin: "el
      ultra­centralismo propugnado por Lenin nos parece sostenido en todo su
      ser no por un espíritu positivamente creador, sino por una mentalidad
      estéril de vigilante nocturno. Su línea de pensamiento se dirige
      fundamentalmente al control del par­tido y no a su fecundación, a su
      estrechamiento y no a su despliegue, a la vejación y no a la educación
      del movimien­to". A diferencia de Lenin, exigía Rosa Luxemburgo la
      crítica sin límites a los órganos superiores del partido como medio
      contra toda osificación, dando la primacía al desarro­llo creador: "los
      fallos que comete un movimiento obrero verdaderamente revolucionario son
      históricamente infini­tamente más fructuosos y valiosos que la
      infalibilidad del mejor Comité Central”. El mismo Trotsky escribió
      pro­féticamente acerca de la doctrina del partido de Lenin: "es­tos
      métodos llevan, como lo veremos un día, a lo siguiente: la organización
      del partido ocupa el lugar del partido, el Comité Central ocupa el lugar
      de la organización del parti­do, y finalmente el "dictador" ocupa el
      lugar del Comité Central".

      Cuando Lenin urgió en 1917 a que se
      pasara en Rusia de la revolución democrático-burguesa a la revolución
      socia­lista -aunque según las concepciones básicas de Marx y En­gels no
      estaban maduros los presupuestos necesarios para ello--, Rykov, uno de
      los jefes bolcheviques advertía: "opino que en las circunstancias
      actuales, con nuestro nivel de vida, no nos toca iniciar la revolución
      social. No tenemos la fuerza, ni las condiciones objetivas para ello".
      Tam­bién el empeño de Lenin para el levantamiento armado en Octubre de
      1917 tropezó con resistencias.

      Dos de los principales jefes
      bolcheviques -Kamenev y Zinoviev- votaron en contra diciendo: "estamos
      profun­damente persuadidos de que un llamamiento a la sublevación armada
      significa en el momento presente no sólo poner en juego la suerte de
      nuestro partido, sino la de la revolución rusa y la de la revolución
      internacional".

      En vez del gobierno bolchevique de partido único,
      pro­pugnado por Lenin tras la revolución de Octubre, muchos
      bolcheviques, entre ellos un fuerte grupo del Comité Cen­tral, pedían la
      formación de un gobierno de coalicción socia­lista de los tres partidos
      socialistas principales, los bolche­viques, los mencheviques y los
      revolucionarios sociales. Incluso de los 15 miembros del primer gobierno
      bolchevique de Noviembre de 1917, o "consejo de Comisarios del
      pue­blo", dimitieron cinco Comisarios -Rykov (Interior), Mil­iutin
      (Agricultura), Nogin (Industria y Comercio), Theodo­rovich
      (Alimentación) y Shliapnikov (Trabajo)-, publicando, conjuntamente con
      una serie de otros bolcheviques, una declaración en la que se decía:
      "mantenemos el punto de vista de que es necesario formar un gobierno
      socialista par­tiendo de todos los partidos representados en el
      Soviet... Declaramos que, de otro modo, sólo hay un camino: el
      mantenimiento de un gobierno puramente bolchevique usando los medios del
      terror político. Esto no podemos aceptarlo, no lo aceptaremos. Vemos
      que esto... llevará a la instauración de un régimen irresponsable y a la
      ruina de la revolución".

      Con especial contradicción tropezó la
      equiparación he­cha por Lenin del poder bolchevique en Rusia con la
      dicta­dura del proletariado anunciada por Marx y Engels, así como los
      métodos del poder bolchevique y la opresión de las demás fuerzas
      socialistas. Con preocupación escribía Kautsky: "las intenciones de los
      bolcheviques eran sin duda las mejores. Se mostraron al comienzo de su
      poder llenos de ideales humanitarios que surgían de la situación de
      clase del proletariado... Su culpa comienza en el momento en que...
      proclamaron la "inmediata y total emancipación de la clase obrera" a
      pesar del atraso de Rusia, y con este fin, por "fracasar" la democracia,
      exigieron su propia dictadura bajo la firma de la dictadura del
      proletariado."

      Incluso la vanguardista del marxismo
      revolucionario, Rosa Luxemburgo, aunque alabó a los bolcheviques por su
      decidida postura revolucionaria, puso en guardia ante el des­precio de
      las libertades democráticas y ante el creciente ele­mento dictatorial
      del bolchevismo: "por el contrario, es un hecho público e innegable que
      sin una prensa libre y sin inhibiciones, es totalmente inconcebible el
      poder de amplias masas populares... La libertad sólo para los
      partidarios del gobierno, sólo para los miembros de un partido -por muy
      numerosos que sean- no es libertad. La libertad es siempre la libertad
      de los que piensan de forma distinta".

      Ya en otoño de 1918 notaba
      críticamente Rosa Lu­xemburgo acerca de la teoría de la dictadura del
      prole­tariado sostenida por Lenin y Trotsky:

      "El tácito
      presupuesto de la teoría de la dictadura en el sentido de Lenin y
      Trotsky es que la revolución socialista es algo para lo que se tiene ya
      en el bolsillo del partido de la revolución una receta hecha, a la que
      no hay más que aplicar con energía. Pero por desgracia -o según lo que
      sea: por fortuna- no es ésto así... El sistema social socialista sólo
      debe y puede ser un producto histórico, nacido de la propia escuela de
      la experiencia, en la hora de su consumación, del devenir de la historia
      viva... Lo negativo, la destrucción pue­de decretarse, la construcción,
      lo positivo, no.... Tan sólo la vida que espumea sin coacción va
      adoptando mil nuevas formas e improvisaciones, esclarece la fuerza
      creadora y co­rrige incluso los fallos... El único camino al nuevo
      nacimien­to es la escuela de la vida pública misma, la más ilimitada y
      amplia democracia, la opinión pública. Precisamente el po­der del terror
      es lo que desmoraliza".

      Partiendo de ello, profetizó que el
      poder bolchevique llevará a la formación de una nueva burocracia: "con
      el aniquilamiento de la vida política en todo el país tiene que ir
      paralizándose también cada vez más la vida en los Soviets. Sin
      elecciones generales, sin una prensa sin trabas y libertad de reunión y
      sin una libre lucha de opiniones, va muriendo la vida en toda
      institución pública, se convierte en vida apa­rente, en la que el único
      elemento activo es la burocracia. La vida pública se va adormeciendo
      paulatinamente, algunas docenas de cabezas sobresalientes y una élite
      del proleta­riado son convocados de tiempo en tiempo a asambleas para
      aplaudir los discursos de los jefes y aprobar "unánimemente las
      resoluciones propuestas". La dictadura del proleta­riado es, según Rosa
      Luxemburgo, la "dictadura de la clase, y no de un partido o de una
      claque". Ha de realizarse "en la más amplia publicidad, con la
      participación más activa y libre de las masas populares, en una
      democracia ilimitada".

      Pero de lo que más en guardia ponía Rosa
      Luxemburgo era de ir relegando la realización de la democracia
      socialista a un futuro lejano: "es tarea histórica del proletariado el
      introducir, una vez en el poder, la democracia socialista en lugar de la
      democracia burguesa, y no la de eliminar toda democracia. Pero la
      democracia socialista no comienza en la tierra prometida, cuando se han
      echado los cimientos de la economía socialista, como un regalo de
      Navidad ya listo para el honrado pueblo que ha apoyado mientras tanto
      fiel­mente el puñado de dictadores socialistas. La democracia socialista
      comienza ya con el derrocamiento del reinado de las clases y la
      edificación del socialismo".


      LA TRANSICION AL STALINISMO

      Hasta
      qué punto tenía razón Rosa Luxemburgo con su crítica y sus
      advertencias, lo mostró el desarrollo ulterior del bolchevismo. En los
      años de la guerra civil se centralizaron el poder militar y el
      económico, se eliminaron en la econo­mía los Comités de control del
      trabajo que habían sido elegidos, colocándose las empresas bajo la
      dirección de di­rectores de fábrica estatales. La Cheka redujo al
      silencio no sólo a fuerzas contrarrevolucionarias, sino también a
      parece­res y corrientes críticos en el propio campo.

      Con los
      éxitos de los bolcheviques en la guerra civil se cambió la estructura y
      el carácter del partido. A causa de la larga guerra civil, el hambre y
      las privaciones, se paralizó el estusiasmo revolucionario, y se
      fortaleció y creció el aparato bolchevique. Acudían, cada vez más, al
      partido el tipo de hombre que suele estar siempre del lado de los más
      fuertes. Dentro del partido, que desempeñaba el papel de único par­tido
      en el poder, se desarrollaba una nueva casta privi­legiada.

      "Cuando
      cedió la tensión y los nómadas de la revolu­ción se hicieron
      sedentarios, despertaron y se desarrollaron en ellos propiedades
      pequeño-burguesas, simpatías y tenden­cias de funcionarios satisfechos
      de sí mismos", caracterizaba más tarde Trotsky este cambio. En las
      sesiones del Comité Central notaba Trotsky "la voz del apaciguamiento
      moral, de la autosatisfacción y del aplauso pueblerino". Las noches
      dedicadas en común a la bebida con las inevitables charlas sobre los
      ausentes, se convirtieron, según Trotsky, en "diver­siones que se fueron
      haciendo costumbre en la nueva casta social gobernante".

      Pero
      esta evolución iba siendo ya observada por mu­chos bolcheviques con
      preocupación y espanto -sobre todo por la "oposición obrera" bajo la
      jefatura de Shliapnikov y por el grupo de oposición de los "centralistas
      democrá­ticos". Ambos grupos se volvieron con toda crudeza contra la
      centralización y burocratización del partido, contra la opresión de la
      libertad de opinión; la "oposición obrera" se opuso también a la
      dirección económica centralista y el nombramiento desde arriba de los
      directores de empresas, exigiendo -en consonancia con las ideas de Marx y
      Engels-, poner las empresas en manos de consejos obreros elegidos.

      "No
      somos partidarios de la edificación del socialismo bajo la dirección de
      "organizadores de trust". Somos parti­darios de la edificación del
      socialismo por la fuerza de clase creadora de los mismos trabajadores, y
      no por medio de órdenes de "capitanes de industria", declaraba el
      bolche­vique de oposición Ossinski: "El socialismo y las organizaciones
      socialistas han de instaurarse por el proletariado mismo, o no se
      instaurarán; surgirá otra cosa, el capitalismo de Estado".

      Sapronov,
      que pertenecía al grupo de los "centralistas democráticos", puso en
      guardia ante la creciente centrali­zación y burocratización del partido:
      "convertís a los miem­bros del partido en gramófono obediente con jefes
      que dan órdenes". Si este proceso sigue adelante, también el Comité
      Central será sustituido por un dictador: "también aquí pue­de nombrarse a
      un único jefe", y "entonces se habrá perdi­do la revolución".

      A
      principios de 1923, la última oposición de este tipo, el "grupo de
      trabajadores", se alzó contra estas tendencias en el seno del partido:
      "la central del P.C.R. no quiere tolerar ninguna crítica porque se cree
      tan infalible como el papa de Roma". El "grupo de trabajadores" predijo
      que en la Unión Soviética iba a surgir una nueva clase domi­nante. "El
      mayor peligro está en que la forma de vida de una parte muy grande de la
      cumbre rectora ha comenzado muy pronto a cambiar. Si dura algún tiempo
      esta situación, en la que los miembros de la administración de un trust,
      pongamos por caso del trust del azúcar, reciben mensual­mente 200
      rublos-oro de sueldo y además una buena y bara­ta vivienda y tienen a su
      disposición un auto gratis", mientras que un trabajador "aparte de la
      modesta ración que recibe del Estado, cobra mensualmente una media de
      cuatro a cinco rublos", es inevitable una nueva formación de clases. "Si
      esta situación no desaparece pronto, sino que sigue in­fluyendo durante
      diez y veinte años, el ser de unos y de otros determinará su conciencia
      y se enfrentarán unos a otros como dos luchadores en distintos campos".
      Existe con ello el peligro de la transformación del poder proletario en
      una oligarquía. El partido comienza a "transformarse en un grupo de
      detentadores del poder, que mantienen en sus manos los recursos
      económicos y el dominio sobre el país, pasando a ser un casta
      obligatoria".

      El mismo Lenin que consideraba exagerados estos
      pare­ceres y combatió a sus partidarios, tomando "medidas
      admi­nistrativas" contra ellos o, al menos, permitiendo que se tomaran,
      no dejó de observar su desarrollo con preocu­pación, aunque es cierto
      que minusvaloró el peligro.

      Así, en Diciembre de 1920, se quejaba
      Lenin de "que nuestro Estado es un Estado de trabajadores con
      excrecen­cias burocráticas". Ya en Febrero de 1921 habló de "burócratas
      soviéticos", y se quejó de que "había en­trado demasiado burocratismo en
      el aparato". En Mar­zo de 1921 decía Lenin que el "tumor burocrático se
      ha convertido en punto delicado", del orden estatal, criti­có la
      "deficiente realización del democratismo, queján­dose de que "el aparato
      burocrático fuera tan gigantes­co".

      Sin embargo, sólo a finales
      de 1922 comenzó Lenin a ver en toda su dimensión el amenazador peligro
      del aparato burocrático. El aparato soviético, escribía, es el viejo
      "apa­rato ruso", al que los bolcheviques "han tomado del zarismo y lo
      han untado muy ligeramente con aceite soviético". Los bolcheviques no
      podían considerar este aparato como pro­pio. Lenin vió ahora en el
      aparato un poder extraño y ame­nazador: "Si queremos ser honrados, hemos
      de confesar que calificamos como nuestro a un aparato que en realidad
      va siendo cada vez más ajeno y representa una mescolanza
      bur­guesa-zarista". También se hallaba Lenin seriamente preocu­pado por
      el creciente nacionalismo ruso: "no cabe duda de que el insignificante
      porcentaje de trabajadores soviéticos y sovietizados se va a ahogar en
      este mar de chusma chauvi­nista gran-rusa, como las moscas en la leche".

      Se
      añadió a ésto que la esperanza de los bolcheviques de una revolución
      mundial resultó ser una ilusión. La Rusia soviética se quedó sóla. Los
      revolucionarios intelectuales con mentalidad internacionalista,
      penetrados de marxismo revolucionario y por los objetivos socialistas,
      fueron siendo sustituidos, cada vez más, por aparachiks de mentalidad
      es­trecha y horizonte provinciano, que vieron en el poder la realización
      de sus propias aspiraciones. Se agruparon en tor­no a la Oficina de
      Organización y al Secretariado de la jefa­tura del partido, donde
      residía Stalin, Secretario General del partido desde Marzo de 1922. En
      Marzo de 1922 se quejaba Lenin de que el desarrollo soviético sólo se
      determina por la "autoridad de la delgadísima capa a la que puede
      llamarse vieja guardia del partido". Una insignificante lucha interna
      puede llevar a que el desarrollo soviético "ya no esté depen­diendo de
      ella".

      El 21 de Enero de 1924 murió Lenin. Sus advertencias sobre
      Stalin no fueron atendidas, ni se siguió su urgente propuesta de
      destituir a Stalin. El desarrollo de la Unión Soviética ya no dependía,
      como lo predijo Lenin, de la vieja guardia de los bolcheviques, sino de
      los nuevos apa­rachiks, cuyo portavoz y jefe era Stalin.

      El
      desarrollo ulterior, no sólo de la Unión Soviética, sino también de la
      teoría política del comunismo fué, en lo sucesivo, determinado por el
      hijo de un zapatero georgiano, que se llamó José Vissarionovich
      Dshugashvili, que actuó en el partido bolchevique al principio bajo el
      nombre de Koba, y más tarde fué mundialmente conocido por el nombre de
      Stalin.

      Sponsored content


      Engels sobre Thomas Munzer, un pasaje de gran interés.  Empty Re: Engels sobre Thomas Munzer, un pasaje de gran interés.

      Post  Sponsored content


        Current date/time is Mon Apr 29, 2024 4:42 am