Hay un aspecto "internacional" que puede ser muy significativo en esta cuestión de la "unidad" de estos grupos. La principal organización de la IST (la internacional a la que está afiliada En Lucha), el SWP británico, ha entrado desde hace unos meses en una espiral de escisiones, expulsiones y bajas. Hay quienes incluso (y no son "enemigos" de esa organización) cuestionan la viabilidad económica de su órgano de expresión por falta de cotizaciones,...
En mi opinión, esta situación del SWP, cuya trayectoria ya he comentado en algún hilo, deviene de la época en la que lanzó Respect, un intento oportunista de captar votos (electoralismo cutre). Aliándose a islamistas moderados (sic!) y a un personaje tan "carismático" (léase con afán de protagonismo) como Galloway, entró en una deriva de la que difícilmente podía salir bien: cuando las otras partes de la coalición reivindicaron el fin de la "tutela" del SWP, éste procedió a aplicar los mecanismos de siempre del bolchevismo (aquellos que Lenin justificase "teórica" y "científicamente" en sus obras de comienzos de siglo). Conclusión: 2 Respects. Y en el proceso lo de siempre: gente a su casa, cabreos, visualización de las verdaderas estructuras de poder, burocratismo, reuniones "paralelas",... Yo lo considero un ejemplo más de cómo las organizaciones estables "multi-tendenciales" son un desastre oportunista (desde la I Internacional, ésta incluida) y así está en el Foro expresado. Confundir una Plataforma por algo más o menos concreto con un "partido" tiene esas cosas. El producto de las prisas, esas malas consejeras para el socialismo. Y del sustituismo.
El problema de la IST es que con un SWP debilitado quedaría en muy malas condiciones. Y ya en varios estados sus secciones forman parte de alianzas amplias de grupos de izquierda. Eso haría que lo de En Lucha fuese algo más que una cuestión táctica circunscrita a España, pasando a convertirse en una especie de "necesidad" impuesta: subordinarse (al menos hasta cierto punto) al SU.
Para mí, esto (y no sólo) mostraría un corrimiento de estas variantes del bolchevismo hacia los espacios que abandonan (por descrédito merecido) los PCs tradicionales. Es decir, tratarían de reeditar las izquierdas unidas una vez que están hundidas. Ese proceso estaría más que ejemplificado por Respect, el NPA o el mismo Bloco de Esquerdas (o la nueva Refundazione). Y no sería nada nuevo en realidad. Lo curioso es que esto me recuerda al retraso que la Iglesia católica lleva siempre respecto a la realidad de los acontecimientos: cuando una fórmula ya está caduca o caducando, la adoptan como la última tendencia de moda.
En un momento en que el electoralismo y la representatividad de la democracia formal burguesa hacen aguas por todas partes, en que cada vez son más los que perciben que sólo la sociedad civil, a través de sus propias organizaciones no estatales, de base, autoorganizadas y democráticas (aún cuando padezcan el problema de ser parte -como toda organización o persona- de un sistema que no es democrático) son la forma de articular la resistencia y la lucha contra el capitalismo, justo en ese momento estas organizaciones se ciegan por los posibles réditos electorales (más teóricos que reales) que creen poder sacar de las aguas revueltas por la crisis. Lo mismo no asistieron a la clase sobre cretinismo parlamentario. Ese día hicieron rabona.
Frente a estos procesos, al margen de ellos, sigo pensando que es necesario apostar por procesos de fortalecimiento de esa sociedad civil (que, pese a los discursos alienados por la influencia de la "organizativitis" kautskysta-leninista, está más fuerte y sólida que nunca), desde la base y lo concreto, y sin saltarse ni un sólo paso en el recorrido hacia la unidad de acción global, revolucionaria. Y, al mismo tiempo, hay que rescatar el sentido de "partido" original (el de Marx y Engels), como agrupamiento subjetivo, de aquellos que comparten de forma más que amplia una propuesta. Sin miedo alguno a la fragmentación organizativa, pues responde a una realidad y no es obstáculo (salvo para los sectarios) para la unidad de acción. Como ya he dicho alguna vez, el propio líder de todos los trotskystas (Trotsky) ya habló de "caminar separados y golpear juntos".
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