Introduzco aquí el debate para nuestro Encuentro. Así será público y continuamos la tradición de reservar los mails para las cuestiones técnicas. Y así el debate se puede abrir a otros que no son ahora mismo militantes de la RLI pero que pueden aportar sus puntos de vista. Sí rogaría a esos compañeros que tuviesen en cuenta que éste no es el hilo para debatir sobre otras cosas que no tengan que ver con lo que se plantea: los camaradas de la RLI que vivimos en España vamos a reunirnos próximamente. Puede que también asistan camaradas de otros países, en especial de Portugal. ¿Para qué? Fundamentalmente para tratar de consolidar más el grupo que operamos aquí, aunque también podamos abordar otras cuestiones.
He estado hablando con Carlos. Una de las cuestiones que hemos tratado es cómo avanzar en la organización por estos lares. Hemos coincidido en varias cosas que creo debemos ir debatiendo para, como dice JM, avanzar antes de vernos y que nuestro Encuentro sea más fructífero.
Partimos de la base de que sería conveniente y necesario plasmar y difundir reivindicaciones de forma que puedan incidir más. Para ello sería preciso también ir más allá en lo organizativo. Vemos cómo muchas de las reivindicaciones que se formulan coinciden con lo que nosotros planteamos (y no sólo en los lugares reales en los que nosotros participamos), pero no hay alternativas organizadas políticamente que las defiendan, sino que, cuando se trata de dar el paso al campo político, mucha gente se encuentra "huérfana", porque sólo están los grupos tradicionales (reformistas o bolcheviques). Nos ha pasado y nos pasa que, por una parte, hay compañeros que no dan el paso a sumarse porque buscan algo "más estructurado", más grande o con cauces más claros para participar; y, por otro, que por nuestro escaso número nos vemos desbordados por la diferencia entre nuestros deseos de intervenir y nuestras posibilidades reales. Y no hay que perder de vista los oportunismos, “viejos” y “nuevos”, que frente a esta crisis plantean en realidad más de lo mismo, ¿alternativas? que ya se han demostrado estériles y contrarias a la revolución social.
La cuestión estaría en conseguir elaborar una especie de "programa" o “plataforma” base del grupo, partiendo en realidad de lo que está siendo formulado en las luchas actuales (y en las que nosotros estamos participando) y sintetizándolo desde nuestras perspectivas (aquello que empezamos a hacer con el texto sobre “la España Oficial y la España Real” y que sólo en ciertas áreas hemos avanzado. Hay también que considerar que el Encuentro, aunque sea principalmente de los que estamos por estos lares, debe ayudar también a la consolidación de la RLI. Por eso también hay que considerar que los camaradas portugueses (que además probablemente asistan) tienen muchos y muy interesantes análisis y experiencias de lucha; así como los camaradas de otros países.
Varios ejes hemos visto, basados sobre todo en lo que se denomina “calidad de vida” (distinto a nivel de vida) y en nuestros propios planteamientos socialistas-comunistas:
1. Migraciones. En este sentido sí tenemos mucho avanzado, tanto al nivel de los análisis como sobre todo porque hemos participado (algunos desde hace mucho) en luchas contra las políticas migratorias, por la eliminación de fronteras y por los derechos de los inmigrantes. Además, debemos considerar la integración en la RLI de camaradas de origen guineano (aparte de que varios de los camaradas de los diversos países, incluida España, sean ellos mismos inmigrantes o de origen inmigrante)
2. Procesos de socialización de la economía. Está claro que ése es un objetivo prioritario para nosotros (como se ve en nuestros textos), frente a las simples nacionalizaciones que otros proponen. Pero tenemos que desarrollar eso en lo concreto. Creo que debemos considerar las experiencias de ocupaciones que se están dando, desde las más conocidas de Argentina hasta las últimas de USA o las que, motivadas por la crisis y los cierres, también se están dando en España. Es una de las alternativas que creo hay que difundir y fortalecer, poniendola en el centro de nuestras demandas. Pero hay otras formas que avanzan hacia el objetivo socializador, aunque todas tengan sus limitaciones en una sociedad capitalista. Y no debemos olvidar que hay consignas ya “clasicas”: cero subvenciones a las empresas privadas; prohibición de cierres y EREs;…
3. Salarios, reparto del trabajo y renta básica (relación entre producción y consumo). Tenemos encima no sólo los despidos, sino también la consolidación de la desregulación laboral (lo que ayer aprobó el gobierno sobre los Trabajadores Autónomos Dependientes es una prueba más), y el reparto de la miseria (ahora ZP quiere repartir el trabajo pero disminuyendo los salarios). Frente a eso hay tres propuestas básicas: 35 horas, SMI de 1060/1200 euros (60% de la renta media por habitante) y renta básica. Hay que buscar la forma de articular esas medidas, lo que de avance tienen, porque de lo contrario, si quedan deslabazadas, pueden ser inútiles y llevar a una enorme confusión.
4. Vivienda e hipotecas. No sólo está la cuestión de la corrupción y la especulación (y la propia crisis), sino que como necesidad básica, la vivienda tiene que ser objetivo prioritario en las luchas. Las plataformas por la vivienda (V de Vivienda especialmente) están ahí, siguen luchando. Pero quizás algo aisladas (aunque no tanto como algunos creen) del resto de luchas. Hay que romper los esquemas de la propiedad privada y reclamar que se ocupen las viviendas vacías, que el derecho a una vivienda esté por encima de los intereses particulares de enriquecimiento. Y hay que cuestionar las hipotecas. Las hipotecas-basura están siendo asumidas por los estados (es decir, por todos los ciudadanos), también en España. Y sin embargo se sigue “reventando” a las familias con los pagos.
5. Servicios públicos, medioambiente y trabajo. Estamos implicados en la defensa de los servicios públicos. Pero creo que hay que también plantear que, frente a la crisis, el empleo público en las necesidades sociales es una solución proletaria. Y hacerlo no sólo al nivel de los grandes discursos, sino también de las luchas concretas en la base. En ese sentido, hay que integrar todo lo que sea un servicio público necesario para los trabajadores, incluyendo los transportes. Y hay que incluir el medioambiente como indicador de la calidad de vida. Y como una fuente, hoy por hoy, de creación de empleo. Frente a la depredación medioambiental que nos lleva a una catástrofe, pero también frente al discurso ecologista aislado de la realidad socioeconómica, hay que integrar recuperación del medioambiente, creación de empleo y crisis.
6. Energía. Hemos estado hablando de lo que ya expusimos en el texto de “la factura de la luz”. De cómo se está desarrollando un modelo de energías renovables que favorece de nuevo a los ricos y al monopolio, cuando precisamente una de las virtudes de esas fuentes de energía es su capacidad de ser rentables también socialmente, de partir el espinazo de las grandes empresas energéticas. Además, a niveles locales, es algo que tiene enormes potencialidades para la lucha.
7. Corrupción del poder y democracia real. Es necesario atacar el poder antidemocrático que nos domina, articulando propuestas relaes de intervención de las masas en la toma de decisiones. Ir más allá de las reclamaciones “clásicas”. Para ello (y para todo lo demás), sería importantísimo dar a conocer experiencias en las que todos hemos estado y/o estamos implicados, y extraer conclusiones de ellas para las nuevas luchas. A veces se “echa de menos” una mayor “visualización” de las luchas en las que participamos nosotros directamente.
8. Militarismo. El antimilitarismo, especialmente desde que comenzó la última guerra de Irak, vuelve a ser una lucha muy importante. Y estamos muy implicados en ella. Pero además, ese “keynesianismo militar” del que tanto se habla ya fue analizado por Rosa Luxemburgo, de una forma que hoy cobra una actualidad muy reveladora y que, lo diga o no, es la base de quienes analizan ese tema (y que han creado ese término y el de “complejo industrial-militar”). Por eso es clave que incidamos en ese movimiento mostrando los nexos entre capitalismo y militarismo, yendo más allá de los discursos morales.
Por supuesto hay otros ejes. Y espero que los consideremos también.
Sobre estos temas tenemos cosas “hechas” (análisis, textos, experiencias,…), por nuestras trayectorias militantes, pero no esa especie de "programa" de intervención para el presente. Creo que es el momento de plantearnos esa síntesis, esa recapitulación, para desde ahí continuar.
Junto a esto tendríamos que articularnos organizativamente más para que nuevos camaradas pudieran integrarse y para que nuestra intervención (mayor o menor) "se vea" más, sea más pública. Hay mucha gente afín, pero que duda a la hora de organizarse con nosotros, porque en cierta medida es un “salto al vacío”. Sería cuestión de crear algo en el sentido que hemos ido haciendo pero que pueda ir más allá, una organización lo suficientemente democrática para no caer en los errores que la Historia nos demuestra y al mismo tiempo con mayor capacidad de incidir en las luchas y de agrupar activistas en torno a una alternativa socialista radical. En ese sentido, creo que es preciso combinar autoorganización de cada militante o grupo de militantes con una mayor coordinación entre todos nosotros.
Un aspecto que hemos comentado es la cuestión del "logo" (el nombre). A Carlos como a muchos de nosotros también le ha pasado que lo tachen rápidamente de “bolchevique”, lo confundan, por reclamarse comunista. Y le he comentado las reticencias incluso entre nuestros camaradas de los Colectivos Socialistas. Tendríamos que pensar si hay alguna posibilidad de articularnos con un sólo nombre común a todos. Yo he comentado la alternativa de reclamarnos sencillamente como proletarios o trabajadores (Democracia Proletaria, Democracia Obrera). Creo que el término democracia debe estar presente, porque es fundamental reivindicar que sólo desde un planteamiento radicalmente democrático es posible construir el socialismo-comunismo, socializar y avanzar hacia la eliminación de las clases sociales. Y creo que en ese programa la socialización de todos los medios de producción (el socialismo) y el objetivo de una sociedad en la que todo esté en común (el comunismo) deberían estar explícitamente presentes.
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